Tecnología para chismarajos y tarugadas

  • Areópago
  • Jesús de la Torre T. Pbro.

Laguna /

En 1976, se celebró en Vancouver, Canadá, un encuentro internacional de Asentamientos humanos, al que asistimos, por cierto ni nos saludamos, Luis Echeverría y yo, entre miles de participantes. 

La ONU se responsabilizaba de la organización, no oficial, del citado evento. 

Un científico, enviado por la ONU, nos dijo que estaba próximo a desarrollarse para bien de la comunidad internacional, un pequeño aparate telefónico, para las relaciones internacionales, entre las que iban las políticas, las industriales, las comerciales, las culturales.

Pero el citado político manifestaba su preocupación ya que tenía información de que grandes comerciantes, preparaban una producción masiva de grandes dimensiones para popularizar estos medios de comunicación, que unidos a otros similares, iban a ser útiles también para trasmitir chismarajos, difamaciones, calumnias, manipulaciones, etc. 

Dentro de la gran batalla, el libro iba a perder, las bibliotecas también. 

El nuevo espacio de las tecnologías modernas de comunicación, si bien es cierto que se iban a emplear para el bien, lo más delicado, humanamente, es el mal uso de estos medios masivos de comunicación.

Pero en la comunicación social electrónica, las manipulaciones han cambiado tanto, que han provocado la desconfianza de la gente. 

Los noticiarios de televisión, radio, prensa, han bajado tanto en aceptación popular, que si no es para ver ofertas, y periódicos para limpiar vidrios, la mayoría inmensa de la gente, le tiene muy sin cuidado lo que dicen los dueños de los medios de comunicación social. 

Esto asombra a los analistas sociales que no encuentran porqué la gente es tan bruta, al no votar por quienes ellos indican.

La gente del pueblo ya organizó su comunicación popular y da su apoyo a quien les apoya sin interés partidario. 

No hay remedio, el mundo de la comunicación popular ya cambió. 

La inmensa mayoría de la gente quiere ayudas no partidarias, no toda, pero ven una ayuda marcada por el desinterés. 

Pero queda una gran tarea para el uso educativo de los medios modernos de comunicación social. 

No tienen que ver con despreocupación los jefes de familia, este fenómeno. 

Estamos en grave peligro ya que cuando a los manipuladores se les termine el ejercicio de la torpeza, con nuevos análisis sociales, es posible que revierta lo que han perdido y resultas de esto, los noticiarios dejaran de ser sección de chistes, para convertirse de verdad en una información que eduque el pueblo.

La comunicación es para el desarrollo.

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