México incólume

  • Trampantojo
  • Jorge Fernández Acosta

Jalisco /

En ocasión de los acontecimientos ocurridos en Culiacán la semana anterior a esta, escribí algunas ideas en mi muro en Facebook que aquí transcribo para dejar constancia impresa:

La serenidad como base, la tranquilidad social como principio superior y la paz pública como fin supremo… Felicito al PRESIDENTE de la República por su inteligente aprobación para conseguir la tranquilidad y garantizar la paz en Sinaloa y en MÉXICO… Cada instante que pasa estoy más convencido de que Andrés Manuel tomó la mejor decisión, la más lógica, coherente y sensata.

Un homónimo –Jorge Fernández Mendiburu– comentó al respecto lo siguiente que me parece muy certero y objetivo: “El crimen organizado es una empresa transnacional y sigue las mismas reglas y la misma lógica capitalista de la oferta y la demanda, la ganancia. La diferencia es que el narco, a comparación de otras empresas como la Ford, Cemex o Monsanto, sí da oportunidades de empleo y ascenso rápido a los excluidos, a los parias, a los sin título, a los que nada tienen que perder. Por eso tienen ejércitos, por eso tienen base social. Mientras las condiciones de exclusión y racismo en las que viven millones de personas no sean modificadas, el crimen organizado tendrá una fuente inagotable de mano de obra. No hay poder de Estado que pueda enfrentarse a una población rota, pobre, sin futuro ni oportunidades y con muchas ganas de saciar esa sed de consumo que el mismo sistema ha generado. La clave no es el ejército, la marina o la Guardia Nacional, es la política económica, es el cambio del sistema, es la justicia social”.

Por su parte, mi amigo Juan Manuel, expresa una reflexión con profundos matices de un futuro necesario: “No es nuestro deber estar acuerdo, ni opinar en el mismo sentido. Nuestro deber es respetar el derecho de los demás a expresarse, aunque no lo hagan con las palabras que nos agradan. Las personas que escuchan, aprenden. Escuchando a los demás confirmamos nuestra postura o conocemos otra que podríamos adoptar. ¿Cómo cambiará este país, si no sabemos escucharnos, si no nos damos la posibilidad de ver el mundo desde la posición de los demás, si nos ofendemos por el hecho de que otros piensan distinto a nosotros?

Ver que las personas se pelean, rompen su amistad, se bloquean en la red social o, peor aún, se insultan por opinar diferente, es una prueba de que carecemos de los valores que a los políticos les exigimos tener. Empecemos por demostrar que, al menos, podemos hablarnos y escucharnos. Darle dirección a nuestra comunidad a partir del mosaico de ideas, no de la inhibición de las mismas. Nuestro país y las circunstancias nos lo exigen. Ello, solo requiere un poco de educación y conciencia.”

Nadie ha razonado que la más profunda condición es que ni siquiera tendríamos que pensar en capturar al chapito. Los narcos no deberían existir y es la sociedad y el consumo quienes les dan vida y escenarios para actuar. Cuán difícil es comprender la paz pública y entender la tranquilidad social. Construir condiciones para la serenidad y la salud civil es tarea que llevará tiempo y el camino es arduo. ¡¡¡ MÉXICO ESTÁ INCÓLUME Y MÁS FIRME QUE NUNCA, lo conseguiremos!!! 

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