El mar es un verso

Ciudad de México /

La gendarmería de Cornwall en Inglaterra declara desaparecido a Julio Trujillo y las redes se inundan de semblanzas. Su retrato sonriente acompaña la nómina notable de su labor como editor minucioso e importante, los títulos de sus libros de poemas precisos que parecen ahora premonitorios y en la enrarecida madrugada se percibe la contundente electricidad de su rayo cósmico, ese donaire con el que hipnotizaba un hombre bello y culto. Luz de Trujillo que se ganó la mayúscula de Poeta muy pronto.

No niego la rabia de este silencio donde impera sobre todo la gratitud por tanta deuda impagable: editó y publicó textos en ciernes y galeras al filo de la imprenta; presentó en público libros ajenos con el amoroso pastoreo de lector cercano y desfiló por todas las ferias y feiras como un modelo con gafas y estatura con estatutos ignotos. Conquistó el misterio en casi todas sus formas y la punta de un paisaje ahora eterno en el extremo más increíble de una isla, en un pueblo llamado Mousehole, es decir: ratonera de versos.

Hace exactamente un año nos vimos a las puertas de una vieja librería en Madrid hoy esfumada de memoria y vimos fotografías de Hercule Poirot en Cornwall, polainas en la playa y un caserío de casas blancas más hogar de ovejas que de fantasmas. Fuimos siempre amigos abrazados por estantes repletos de libros que se deshojaban en lecturas y tanta música, toda traducción posible y sí, mucha pero mucha risa. Por eso lloro al escribir estas líneas que no sé si alcanzan a llegarte tan cerca, tan aquí donde te abrazo, querido Julio.

¿En dónde andas o nadas? ¿En dónde la nada de cada verso? Has dejado un doloroso vacío en medio de mar helado, el agua circular de un poema interminable,

el último aliento de largo aliento y un montón de piedras. Bello intransigente, inquieta ceja izada y ese gesto de labios fruncidos. Poeta: sólo queda leerte, ya para siempre retratado en ola, verso de agua.


  • Jorge F. Hernández
  • Escritor, académico e historiador, ganó el Premio Nacional de Cuento Efrén Hernández por Noche de ronda, y quedó finalista del Premio Alfaguara de Novela con La emperatriz de Lavapiés. Es autor también de Réquiem para un ángel, Un montón de piedras, Un bosque flotante y Cochabamba. Publica los jueves cada 15 días su columna Agua de azar.
Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.