En el fondo del pozo

Tamaulipas /

Anoche soñé que caía en un pozo profundo. Estaba desamparado y sin ayuda, y aunque intenté salir por mi propio esfuerzo, fue en vano, pues las paredes del pozo se encontraban mohosas y resbalosas. Para mi fortuna el pozo estaba en un camino vecinal, por el que sin duda transitaría alguna persona:

Un optimista pasó y me dijo: "Las cosas podrían estar peores". Un pesimista, a su paso exclamó: "De seguro las cosas se complicarán". Un moralista se acercó y me dijo: "Te daré un consejo, mi amigo: Sí sales de este problema, no vuelvas a meterte en él".

Un budista llegó y me comentó: "Si puedes subir hasta donde te alcance, te ayudaré". Un filósofo, en su turno, exclamó: "Sólo creé que estás en un pozo". Una persona muy piadosa expresó: "Sólo los malos caen en los pozos".

Un hombre rico, que pasó por ahí con su hijo, añadió: "Sólo los cerdos se revuelcan en sus pocilgas". Un fundamentalista exclamó: "Debes merecerte tu pozo. Dios te castigó por algo malo que hiciste".

Un abogado me propuso: "Demandemos al municipio por daños y perjuicios". Un psicoanalista, a su vez externó: "Échale las culpa a tus padres". Un sindicalista, al verme ahí me dijo: "esta es una oportunidad para organizar una huelga.

Un sacerdote que pasaba por allí, al verme aconsejó: "Reza y Dios te ayudará". Un pastor evangélico, en su momento, profirió: "Con Jesús podrás salir adelante". Una religiosa, al verme exclamó: "¡Pobrecito, debes estar sufriendo mucho!"

Un político, al verme, lleno de ira gritó: "¡Es culpa de la ineptitud del gobierno de turno!". Un oportunista me dijo: "Te saco si me das tu cadena de oro y tu reloj". Un agente del Fisco me cuestionó: "¿Está usted pagando impuesto sobre este pozo?

Entonces pasó un pobre mendigo que al ver mi situación, no dudó en saltar al pozo conmigo. Me hizo subir a sus hombros y me ayudó a salir.

Después de tan singular sueño concluí que la solidaridad es la mayor grandeza del ser humano; que no es suficiente con dar consejos, ni compadecerse... que hay que meterse al pozo de los problemas de nuestros semejantes, en lugar de permanecer a un lado como espectador, supervisor o inquisidor. Autor anónimo.

Amigo lector, usted ¿qué opina?


  • Jorge Reynoso M.
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