Afirma un filósofo: La vida es como un río. Otro filósofo dice: Un río nunca pasa dos veces por el mismo lugar. Y concluimos que esta es una metáfora muy próxima al sentido de la vida, y en consecuencia, es bueno recordar que:
Siempre estamos ante una primera vez. Encaremos todas las novedades con alegría y no con miedo, de nada sirve temer lo que no se puede evitar. Un río nunca deja de correr.
En un valle andamos más ligeros. Cuando nuestro entorno se vuelve armónico, las aguas se calman, nos volvemos más amplios, más profundos y más generosos.
Nuestras márgenes son siempre fértiles. La vegetación sólo nace donde existe agua. Quien se acerque a nosotros, entenderá que estamos allí para dar de beber a quien tiene sed.
Hay que esquivar las piedras. El agua es más fuerte que el granito, pero necesita tiempo. De nada sirve dejarse dominar o batirse con obstáculos más fuertes, pues gastaremos energía en vano. Lo mejor es encontrar la salida y seguir adelante.
Las depresiones necesitan de paciencia. Cuando el río entra en una especie de hoyo deja de correr con la alegría de antes. La única manera de salir es con el tiempo.
Cuando la depresión se llena, el agua puede seguir adelante. Se torna así, en un lago que los demás contemplaran con alegría.
Somos únicos. Nacemos en un lugar que estaba destinado a nosotros y que nos mantendrá siempre alimentados de agua, así que, tengamos la paciencia y/o la fuerza para seguir adelante.
Porque es el mejor camino. A medida que caminamos, las aguas de otros manantiales se acercan, entonces ya no somos uno solo, sino muchos, y habrá un momento en que nos sintamos perdidos.
Sin embargo: “Todos los ríos van al mar”. Es imposible permanecer en nuestra soledad.
Cuando aceptamos el inevitable encuentro con el agua de otro manantial, entendemos que eso nos hace mucho más fuertes, esquivamos los obstáculos u ocupamos las depresiones en menos tiempo y con mucha más facilidad.
Somos un medio de transporte de hojas, barcos e ideas. Que nuestras aguas sean siempre generosas, que podamos siempre llevar hacia adelante a todos los que pudieran necesitar de nuestra ayuda. Paulo Coelho. Amigo lector: usted ¿qué opina?