El espaldarazo para Samuel Alejandro no pudo tener mejor timing porque se da bajo la negociación del Presupuesto que enderezará la nave de su Gobierno
Hay que deconstruir los mensajes evidentes y cifrados de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo en su reciente visita a Nuevo León. Primero, su enorme espaldarazo al gobernador constitucional Samuel Alejandro García Sepúlveda. Segundo, la politización del presupuesto del estado. Tercero, desembozar a los adversarios de la 4T y de García Sepúlveda. Asimismo, integrar del lado del gobernador a los diputados locales de Morena, al menos en la coyuntura de la aprobación del Presupuesto, la negociación de la propuesta de la deuda y el juicio político.
Cito: “Saludo con cariño, con gusto a Samuel García, gobernador constitucional del Estado de Nuevo León (…). Quiero reconocer el trabajo del gobernador Samuel García. Siempre tendrán las y los regiomontanos el apoyo del Gobierno de la República”.
El espaldarazo para Samuel Alejandro no pudo tener mejor timing porque se da bajo la negociación del Presupuesto que enderezará la nave de su Gobierno, por un lado y, por el otro, se desecha implícitamente desde el máximo poder de la República cualquier pretensión de juicio político en contra del gobernador. El sonoro respaldo de Sheinbaum Pardo no es poca cosa, es todo lo que pudo imaginar García Sepúlveda. El espaldarazo también tira línea a los votos de Morena en el Congreso local porque estar en contra del gobernador es estar a favor del PRIAN (y eso incluye a la diputada del Partido Verde, Claudia Chapa).
Cito: “Y quiero aprovechar para decir, para decir que no coincido ni comparto el que se le castigue al Gobierno al no aprobar su presupuesto, pues eso afecta al pueblo de Nuevo León. Puede haber diferencias en la política, para eso hay democracia, pero esas diferencias no pueden afectar la vida de un estado, la vida del desarrollo de un estado; que esas diferencias se muestren en las elecciones, pero no en el desarrollo y en la viabilidad de distintas obras tan importantes que hay en el estado de Nuevo León”.
La doctora Sheinbaum politizó el Presupuesto y la deuda, igualó a pueblo y Gobierno en un solo ente y arrinconó al PRIAN en una disyuntiva: o están con el pueblo de Nuevo León o están en contra del pueblo de Nuevo León. Quienes alucinan que la Presidenta no favoreció al Gobierno con obras nuevas, poseen analfabetismo político. Al proponer destrabar el Presupuesto y la deuda, de darse el caso, liberaría a Samuel Alejandro de la extorsión del PRIAN y se reactivarían obras como las del Metro y la carretera Interserrana, por ejemplo.
Cito: “Tampoco comparto que no haya cooperación en la seguridad para los habitantes de Nuevo León. Las Policías, la Fiscalía y el Poder Judicial deben coadyuvar para la seguridad al pueblo, esa es su función principal. ¿Qué sentido tiene politizar la seguridad del pueblo de Nuevo León? Tiene que haber cooperación”.
Mensajes puntuales con culpables que tienen nombre, aunque la presidenta Sheinbaum no los señale, no lo necesita hacer explícitamente. Quien tenga ojos que vea, quien tenga oídos que oiga. “Te lo digo a ti, Samuel Alejandro, entiéndelo tú, PRIAN”. Al comentar acerca del Presupuesto y de la deuda, la Presidenta se refirió implícitamente a los culpables del chantaje político en el que vive Nuevo León: Francisco Cienfuegos y Zeferino Salgado. Hablar de falta de cooperación en seguridad también tiene culpables en la Fiscalía con Adrián de la Garza (y su títere Pedro Arce) y en el Poder Judicial con Arturo Salinas.
Los morenistas darán forma legislativa a la línea tirada por la presidenta Claudia Sheinbaum; el gobernador García Sepúlveda podrá conceder algunas cosas sin ceder en lo relevante; Paco Cienfuegos, Chefo Salgado y Adrián de la Garza, con un historial de larga cola pisable, evaluarán lo que más les conviene si quieren votar en contra de la línea de la Presidenta. Aquí no hay cartas marcadas, juego limpio. Una cosa es ser adversarios; otra, enemigos. ¿Votar en contra de Claudia?