Día del Libro

  • Paisajes abreviados
  • José Luis Vivar

Jalisco /

A primera vista podría parecer que se trata de una celebración que lleva mucho tiempo, pero en realidad el 23 de abril como día dedicado al libro está cumpliendo 36 años como propuesta de la UNESCO, y 28 de haberse establecido a nivel mundial, teniendo como objetivos principales el fomento a la lectura, el apoyo a la industria editorial y la protección de los derechos de autor.

Si se escogió esa fecha en particular fue porque en 1616 coincidieron los fallecimientos de tres grandes figuras de la Literatura Universal: don Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega. Aunque con el paso de los años se ha logrado esclarecer que el Manco de Lepanto falleció un día antes, pero se le sepultó al siguiente. Peor resultó con el Bardo de Avon, debido a que dicho día corresponde al calendario Juliano, por lo cual su deceso ocurrió un 3 de mayo. Solo el ilustre Poeta de Cuzco coincide con el tiempo señalado. Detalles de la Historia que poco o nada interesan porque lo importante es conmemoraruna de las fiestas más emblemáticas de la cultura, la imaginación y la inteligencia.

El libro, más que como objeto, como punto de partida de las pueblos que se volvieron países: en el terreno de la política a través de sus constituciones. O como guías espirituales de las distintas religiones. Y desde luego como puente que comunica la ficción y la realidad a las mentes con deseos de conocimiento, para vencer la ignorancia y el fanatismo.

En los pueblos democráticos los libros que hablan de la libertad pasan invertidos, casi no se leen. En cambio, donde están presentes las dictaduras, esas obras son una amenaza, un peligro latente. Su lectura se castiga con el encarcelamiento, o en casos extremos con la muerte.

El libro en físico, del cual continúan anunciando su muerte desde hace más de 50 años, está con vida. Pero se adapta a los cambios de la época, ya sea en formato digital o en audio, con tal de llegar a un mayor número de lectores. Las Kindle y las Tablets ahorran espacio en las casas porque no son necesarios los libreros; mientras haya energía eléctrica se podrán leer.

Y aun con todos los dispositivos electrónicos, disfrutar un libro con sus páginas de papel sigue siendo una de las mayores experiencias para la vista, el tacto, y desde luego el olfato. Con respecto a esto último Ray Bradbury sentenció: “los libros solo tienen dos aromas: el olor a libro nuevo, que es bueno, y el olor a libro usado que es todavía mejor”.

Si alguien no lee no pasa nada, no se acaba el mundo. Sin embargo, si se atreve leer cambiará su perspectiva, desarrollará el hábito de la lectura y seguramente celebrará el Día del Libro.


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