Los momentos vividos se extrañan y son la causa de la incomodidad que hoy se palpa.

Hubo más silencio que discurso como diciendo que ni ganas tenían de estar ahí, obligados, sin voluntad y sin intención de dar verdaderamente la cara. Su ineficiencia quedó al descubierto.

La distancia muy palpable entre afición e institución, no se puede soslayar. Intentar esconder algo o culpar a otros se convierte en tema escabroso.

Recibir al último lugar de la tabla general, al que no ha ganado en el torneo, es señal y orden de ganar.

Aquí debemos hacer una reflexión seria. Potosinos y fronterizos, en apariencia, no deben asustarnos pero hoy son los dos mejores, para sorpresa del torneo; y eso tenemos que respetarlo.

Unión Laguna nos regresó algo que en el beisbol habíamos olvidado, y eso debe aclararse e insistirse para volverlo a felicitar.

El regreso de la Serie del Rey a La Laguna es otra de esas tantas cosas que alegra y preocupa; y todos sabemos por qué. La alegría es porque el hecho de poder ser campeón en casa, sería trascendente generando un gran beneplácito.

La “liga copa” que hicieron donde a México le fue muy mal, a todos sin excepción, sigue siendo un golpe muy duro para el interés por este deporte.

El mensaje es claro. No debemos perder nuestra maravillosa capacidad de asombro que la vida nos ofrece a cada rato.