Con jugadores valiosos pero desconocidos mandaron a Javier Aguirre a la aventura para cumplirle un deseo que olía más a capricho que a verdadera preparación.
Huyeron del encanto de los dólares para meterse en los países más futboleros del mundo.
La nueva realidad es que este grupo ofreció actuación de calidad. Con asombro debemos apreciar el evento y también con beneplácito. ¿Dónde andaban estos jugadores; con quién se relacionan?
Ganaron dos a cero. Con gran elaboración de exquisito futbol, sólo en el primer tiempo debieron meter tres goles más.
Se les felicita. Es la prueba firme de que hay muchos mexicanos más capaces que tantos extranjeros ineficientes que traen cada semestre a nuestro futbol. Es una gran y nueva realidad.
Otra nueva realidad es el ejemplo que ofrece el América. Aunque empató contra Tijuana, debió haber ganado con claridad.
Sólo por ello se le reconoce su osadía de actuar en dos jornadas oficiales con los suyos.
Los mexicanos despreciados levantan la voz para indicarle a los de pantalón largo que tantos extranjeros inútiles sólo sirven para que “algunos” llenen su voz de alabanzas vanas.
Otra nueva realidad es la captura del señor “Billy” Alvarez. Si alguno se siente perseguido más vale que se presente de manera voluntaria para renegociar su libertad.
Los mensajes están claros.
Por último. El Club Santos ofrece al país una triste y ya conocida nueva fase. Apellidos y nacionalidades están aquí pero con pobre futbol.
Ya nos van acostumbrando a esta enferma realidad.
Esto lastima porque es una lástima tener en casa a una institución en franca decadencia.