Juan Noé Fernández Andrade
  • A violencia verbal, serenidad e ideas

    Inteligencia, claridad, temple, visión y un infaltable compromiso nacionalista nos deben llevar a despejar este capítulo. Diplomacia y humanismo, como baluartes a nuestro favor.
  • Lejos la Presidenta del alcalde Román

    Todo esto lo cito porque a nivel municipal, el alcalde Román Alberto Cepeda González, no aprende a bien comunicarse con la población.
  • UVM Torreón: agresiva llegada, violenta partida

    Luego de 18 años de haber llegado a Torreón, la Universidad del Valle de México (UVM), decidió, a través de sus más altas autoridades en el país, cerrar las puertas, dejar de funcionar y abandonar a su suerte a sus alrededor de mil estudiantes –de ba
  • “Me dueles Dalias”

    Los misioneros Xaverianos, cuyo Centro Juvenil está enclavado en Las Luisas, a unos metros de Las Dalias, hicieron un llamado a la sociedad: “Oremos por la Colonia Las Dalias… para que se viva un ambiente de paz entre los colonos”, pidieron en sus re
  • ¿Comunicación social? ¿Qué es eso?

    Si Torreón no aparece en otros medios más allá de la región y el estado, es por eso, porque no hay una política, ni una estrategia profesional de comunicación social o institucional que sea capaz de situarla en la vitrina nacional y menos en la inter
  • UAdeC, inercias y vicios

    La Universidad Autónoma de Coahuila tendrá que reasumir su papel, sacudirse inercias y vicios, comprometerse con su estabilidad y desarrollo, catapultar el muchísimo talento de docentes y alumnos (as).
  • Lenguaje no empático

    En Torreón, y probablemente en toda la Laguna (de ambas entidades), si algo nos caracteriza es la agresividad –perdón- con que solemos relacionarnos.
  • Palestina, el odio judío

    El pasado 7 de octubre me sorprendió saber y ver de la marcha y mitin que jóvenes laguneros integrantes de la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez (FNERRR) efectuaron como señal de protesta por lo que hace el Estado Judío
  • 227 masacres

    Cómo olvidar ese pasaje, cómo no apoyar esa manifestación, cómo no empezar a ver con otros ojos la realidad de nuestro país, cómo no sentir en la sangre y en el corazón la emoción de estar en la gran capital, ser testigo y empezar a caminar unido a m