Recién pasó la marcha del pride, también llamada del orgullo, de la comunidad de la diversidad sexo-genérica que representa, según activistas en el tema, al 5 por ciento de la población hidalguense. Este evento es esperado puesto que representa, al menos en nuestro estado, la única fecha conmemorativa en la que se convoca a alguna forma de manifestación y su importancia radica por una parte en la defensa del orgullo y por otra la del activismo por los derechos humanos.
En su edición XXIII se abanderó con el lema “La denuncia es nuestra arma, la justicia nuestra meta”. La primera marcha del orgullo en Pachuca se llevó a cabo apenas en el año 2000, con el cambio de siglo. Tan sólo en el tema de visibilidad, hace apenas 23 años que se sale a las calles en una marcha, pero eso no garantiza una vida libre de todas las formas de violencia por aspectos como la orientación sexual o la identidad de género.
El activismo que apunta a la garantía de derechos lo hace a través de distintas vías. Se busca, por una parte, la incidencia en las decisiones gubernamentales, políticas públicas, así como reformas legislativas que brinden igualdad sustantiva que es el acceso al mismo trato y oportunidades, para el goce de los derechos humanos. Aunado a ello, también se busca incidir en la parte social y cultural, donde se gana la aceptación y de donde emanan muchas formas de violencias sociales hacia la comunidad sexo-género diversa.
Durante 2022, la organización Amicus, a través de su plataforma Visible, registró 27 agresiones a personas de la comunidad de la diversidad sexogenérica; en lo que va de este año ya se han reportado cinco. Tan sólo los comentarios en redes sociales en respuesta a las noticias de la marcha aportan visión en el tema de la discriminación, llenándose de insultos y prejuicios contra las personas. Esto dibuja el panorama que permite saber que, aunque las leyes avancen en favor de la comunidad LGBTTTIQ+, en la incidencia social hay mucho aún por trabajar.
Existir como una disidencia significa también resistir a una sociedad fóbica de la homosexualidad, bisexualidad, transexualidad, trangenerismo, travestismo, intersexualidad, queer y demás identidades.