Somos de Maíz

  • Laguna Roja
  • Luis Manuel de la Cruz

La Laguna /

La entrada en vigor del acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, TMEC, puede significar la pérdida o privatización de una gran variedad de plantas y semillas que las comunidades campesinas han utilizado y cuidado durante muchos siglos.

Bajo el argumento de adecuar las leyes mexicanas al TMEC, el diputado morenista Eraclio Rodríguez Gómez presentó una Iniciativa de Ley que contempla multas de 5 millones de pesos, cárcel y destrucción de cosechas de los campesinos que siembren o intercambien semillas o plántulas sin el registro correspondiente.

La iniciativa que podría reformar la Ley Federal de Variedades Vegetales, aprobada en octubre de 1996, fue presentada en marzo del 2019 y aunque se tenía prevista su discusión y aprobación para la última semana de junio del presente año, ante la inconformidad de organizaciones campesinas y miembros de la academia, fue retirada de la agenda y pospuesta su discusión, sin embargo, la iniciativa sigue viva y puede ser aprobada en cualquier momento.

Wilfred Mendoza, indígena zapoteco, ingeniero agrónomo egresado de la Universidad Agraria Antonio Narro, al comentar su rechazo a la iniciativa, platica que sus abuelos cultivaron un tipo de maíz negro que pasaron a sus tíos; en esa semilla se depositan años o siglos de conocimiento comunitario, pero de aprobarse esa ley y no contar con el registro correspondiente, los campesinos pueden perder su semilla y con ella su libertad expresada en libre autodeterminación.

El también dirigente estatal del Movimiento Social por la Tierra en Oaxaca, consideró que la intención de quienes promueven esa legislación es la de facilitar que las grandes compañías trasnacionales de agrotóxicos se adueñen de la riqueza biocultural de los pueblos de México expresada sobre todo en el maíz domesticado desde hace miles de años por los pueblos originarios.

Señaló que platicó con el diputado federal plurinominal de Morena, Diego del Bosque, también egresado de la Narro, para exigir su intervención contra esa iniciativa, afirmando que “si votaba en favor de esa ley los casi 100 años de historia de la Universidad dejarían de tener sentido al no poder formar alumnos que valoren lo que el maíz representa para los mexicanos”.

Evidentemente la propuesta del legislador Eraclio Rodríguez no contempla solo maíz, ni sólo semillas, incluye además plántulas y raquetas de nopal, todo tipo de plantas, y constituye un atentado a la biodiversidad, una vuelta de tuerca al modelo agrícola neoliberal; en su argumentación el diputado “Yaco” señala que su propuesta es con el fin de incentivar la investigación y el mejoramiento genético de las semillas y puso como ejemplo que la diferencia entre la productividad maicera entre el sur del país y Chihuahua es de 3 toneladas contra 14 por hectárea en la cual la clave para el mejor desempeño es el uso de semilla modificada, dejando de lado la calidad de las tierras y las técnicas de riego, entre otros factores.

De nuevo se esgrime el cuento de la modernidad al explotar de manera intensiva la tierra, y al apreciar grandes extensiones sembradas es fácil pensar que todo ese alimento ayuda a la lucha contra el hambre, sin embargo según la organización ETC GROUP en su publicación “Quién nos alimenta 2017”, explica con claridad que la Cadena Alimentaria Agroindustrial solamente llega a un equivalente del 30% de la población mundial, pero contradictoriamente usa entre el 75 y el 90% de la superficie, de los recursos hídricos y de los combustibles asociados a la producción agropecuaria.

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