El triunfo de todos

Laguna /

Hacía mucha, muchísima falta, una tarde/noche así en el campo del Santos: con cielo romántico, con ligera lluvia, con clima fresco atípico en la Laguna, pero con los fieles, los de siempre, en su estadio, en su territorio, en su hogar de los domingos. 

Todo redondeado en un contexto de desesperanza y tiempos aciagos, donde los aficionados de corazón acudieron por amor al arte, por gozar su estadio que verdaderamente es suyo, que le pertenece a los fieles de entre los fieles, a los que nunca han fallado a pesar de que el equipo les ha generado tanto sufrimiento durante tanto tiempo. 

Pero es que la experiencia es única: ir al futbol es algo inexplicable. 

Por eso el santista de corazón acude y no falla, aunque esté de por medio, en estos tiempos, el sufrimiento y la desilusión.

Ese era, sí, era, el contexto. 

Pero con lo que casi nadie contaba era que los canteranos le tenían preparada a su afición una sorpresa que se fue urdiendo sobre la marcha: una resurrección en los últimos minutos que terminó con una remontada épica, de esas que quedan en la historia, porque fue la remontada de los canteranos de Ambriz. Ya en mi artículo anterior, tras el empate en León, había analizado esta circunstancia. 

Retomo un fragmento de mi anterior publicación:

“Lo que siento, percibo y noto, es un grupo de juveniles que no terminan de explotar, que por momentos no se tienen a sí mismos la confianza necesaria sobre el campo para dar rienda suelta a todo lo que traen en su interior. 

Porque cuando armaron futbol y se conectaron entre ellos (metieron en serios aprietos al León) la cosa pintó bien, se pudo notar un equipo que puede crecer y creer en sí mismo. 

No son tan malos como pensábamos, al contrario, tienen un talento que está todavía adormilado, a la espera de una sacudida o, como bien dijo Ambriz, de que lleguen triunfos que terminen de convencerlos de que son capaces de levantar el mal andar del equipo”.

Pues bien, el pasado sábado ante Necaxa, eso se cumplió. 

Fue el triunfo de todos: de los canteranos, de Ambriz, de la directiva que ha decidido apostar al 100% por estos jóvenes. 

Pero sobre todo fue el triunfo de los fieles, de los de siempre, de los santistas que no fallan y nunca van a fallar, entre ellos mi padre y mi hermano. Felicidades a todos. 

El equipo, de la mano de los juveniles canteranos, ha despertado. 

Hay que frotarse las manos porque en quince días viene el Monterrey.

  • Luis Miguel Rodríguez Cruz
  • luismrdzcruz@gmail.com
  • Columnista en La Afición desde Enero del 2009. Egresado de la Licenciatura en Ciencias de la Información de Universidad La Salle Laguna, con Maestría en Educación por Universidad Interamericana para el Desarrollo.
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