Francisco Rodríguez dijo que este torneo sería el bueno

Laguna /

Qué bueno que el Santos se está reforzando. Se está reforzando bien, o eso parece, porque se pusieron manos a la obra con buen tiempo de anticipación y el cuadro de Francisco Rodríguez parece que no tardará mucho en cobrar forma. 

Hay que tener bien claro algo: los abonos se venden con refuerzos de peso. Las grandes entradas se logran con jugadores de nivel, con futbol de calidad. 

El Santos ya no está para intentar poner las esperanzas en que un proyecto carbure poco a poco, paso a paso. Ya son muchos fracasos consecutivos.

Ya no se puede vivir de ilusión, porque la ilusión no es un proyecto. 

La ilusión es un anhelo, es un sentir. El Santos, en los últimos años, vive de la esperanza en que las cosas salgan bien. 

Pero esto es deporte, es futbol. Aquí no se puede esperar que la divinidad haga algo por sí sola y el equipo termine cambiando de manera drástica para que todo marche mejor. 

El supuesto nuevo gran proyecto había llegado de la mano con Fernando Ortiz, pero al final el argentino no terminó recibiendo lo prometido y acabó yéndose por la puerta de atrás, muy trastocado, muy desilusionado, diciendo que él veía para otra dirección. 

No es complicado interpretar lo que Ortiz dijo aquel día: no hay intención (o no había) por reforzar al equipo para que vuelva a ser, no solamente competitivo, sino contendiente al título.

Lo que no es justo es que se juegue con los sentimientos de la afición, porque constantemente hay un bombardeo de emociones en las redes sociales donde se les invita a seguir creyendo, a recordarles que la fidelidad es innegociable y que todos, absolutamente todos, deben estar con el equipo y seguir creyendo en la causa. 

Y qué bueno, cada quien a lo suyo, pero para pedir primero hay que dar, y el equipo hace mucho tiempo que no le da algo atractivo a su gente. 

Por eso la gente había estado tirando la bandera, guardando la camiseta y abandonado el Corona. No se le puede pedir a alguien fiel que sienta apego por un infiel. 

Por lo tanto el contexto es el de una afición extremadamente fiel a la cual su equipo le ha sido infiel, con sus nulos resultados. 

Todo se ha vuelto un círculo vicioso: solicitud de apoyo, ilusión de la afición, fracaso del equipo. Solicitud de apoyo, ilusión de la afición, fracaso del equipo.

¿Ya veremos un Santos distinto? ¿Los nuevos refuerzos demostrarán calidad? No vale que lleguen 4 o 5 refuerzos si ninguno es de calidad y de impacto. 

Otra vez: no sirve de nada traer muchos refuerzos si ninguno es de calidad y de impacto.

  • Luis Miguel Rodríguez Cruz
  • luismrdzcruz@gmail.com
  • Columnista en La Afición desde Enero del 2009. Egresado de la Licenciatura en Ciencias de la Información de Universidad La Salle Laguna, con Maestría en Educación por Universidad Interamericana para el Desarrollo.
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