QATAR 2022: Un mundial desabrido

Laguna /

- “¡Queremos cerveza!, ¡queremos cerveza!”- era el clamor de los aficionados ecuatorianos durante el partido inaugural. Sí, donde su selección tumbó al anfitrión. 

Qué malos son los cataríes. Más malos que los iraníes (lucharon más ante los ingleses). 

En un estadio repleto de turbantes y túnicas blancas (abayas, abas o chilabas) los aficionados ecuatorianos pusieron el ambiente y el colorido. 

Viral es la imagen de un aficionado ecuatoriano, acompañado de su hija pequeña y esposa, haciéndole la seña con la mano a los cataríes de que su dinero no sirve para ganar los partidos. 

Obviamente un aficionado local enfureció y reclamó, simpáticamente, desde mi punto de vista, al ecuatoriano, quien le pidió que se calmara. 

No era para tanto, pero esto es Catar: un país por demás conservador (en lo que les conviene) y, como diríamos los mexicanos: donde no aguantan nada.

Sé que son cuestiones culturales y, por lo tanto, un tema delicado. Comentando con mi hermano y algunos amigos, nos preguntamos lo siguiente: ¿acaso los cataríes, con todo y su estricta cultura y religión, se portarán igual de “bien” fuera de su país?... digamos en Milán, París, Ámsterdam, Nueva York, México, Los Ángeles o, por qué no: 

Las Vegas. Es pregunta seria. ¿A caso un ciudadano de un país donde casi todos los placeres (desde el punto de vista de nuestra cultura) están prohibidos, se aguantará “las ganas”? ¿De verdad se portarán bien fuera de los Emiratos Árabes Unidos? ¿De verdad nunca se tomarán una cerveza o irán a algún antro (tipo los de Ámsterdam) donde hay placeres mundanos? 

¿De verdad se portarán tan bien de puertas para afuera? ¿O solamente se comportan de manera estrictamente recta en su país? No estoy afirmando nada. Solamente estoy preguntando. 

Perdón por mi ignorancia.

Porque una cosa es clara: fuera de sus tierras, sin las túnicas blancas y vestidos como occidentales, nadie los reconocería. Por eso pregunto tantas cosas. 

Y es que ¿cómo puede uno disfrutar del futbol, del Mundial, en un estadio de ultra lujo, viendo a tu selección ganar, y sin poder gozar de una gloriosa cerveza? Para quienes somos amantes de la cerveza y del futbol, es una crueldad. 

Ahora sí que es un castigo de Dios (del nuestro, del cristiano, para que nadie se ofenda).

Los cataríes quieren que se respete su cultura, sus costumbres y, sobre todo, su religión. 

Pero ¿Por qué ellos no respetan la cultura, costumbres y religión de occidente? Al fin y al cabo, somos sus invitados y al invitado siempre hay que tratarlo bien… para que regrese.

  • Luis Miguel Rodríguez Cruz
  • luismrdzcruz@gmail.com
  • Columnista en La Afición desde Enero del 2009. Egresado de la Licenciatura en Ciencias de la Información de Universidad La Salle Laguna, con Maestría en Educación por Universidad Interamericana para el Desarrollo.
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