Pues bien, el América terminó eliminado porque cometió un pecado de esos imperdonables cuando ya se ha conseguido la ventaja: echarse para atrás. Marcelo Bielsa maneja una reflexión extraordinaria, sencilla y lógica: “la mejor manera de conservar un resultado es haciendo lo mismo que se hizo para obtener esa ventaja: atacar”.
Jardine, por lo visto, no compartió esa lógica y terminó eliminado.
El América había hecho todo lo necesario para lograr su ventaja y su hipotética clasificación, con futbol, con intensidad, con toda la actitud.
Pero una vez que uno ve muy cerca el objetivo de algo, pueden presentarse dos escenarios: buscar hacer sangre u optar por la precaución al ver el ansiado objetivo, para que no pierda, para no quedarse con la miel en los labios.
Pero terminó sucediendo lo segundo: Monterrey anotó al final de manera agónica y terminó tumbando al América.
Todo se derrumbó y el hasta no hace mucho tricampeón, quedó en la lona.
Pero para el América debe quedar ese consuelo: hace tiempo que no tiene qué demostrarle nada a nadie, porque resurgió de gran manera tras años difíciles.
Un tricampeonato no lo consigue cualquiera. ¿Y Rayados? Pues a lo suyo: buscar el campeonato porque, de no lograrlo, es un rotundo fracaso: por inversión, presupuesto, infraestructura y plantel, Rayados debe ser campeón sí o sí.
Porque su vecino, Tigres, metió miedo. Los Tigres olieron la sangre y se lanzaron por todo contra unos Xolos que se agazaparon y nunca, pero nunca, encontraron la manera de quitarse el asedio brutal de unos Tigres impulsados por su abrumador Volcán.
Tigres sí mete miedo, Rayados no. Ahora que es definitiva la salida de Ramos al finalizar este torneo, Rayados se quedará sin su líder natural.
Ramos ha decidido poner fin a su aventura en México, una extraordinaria aventura para el español, y buscará un nuevo reto.
Aunque eso sí, de no levantar el título con Rayados, habrá fracasado.
El más sólido, desde mi particular análisis, es Toluca, el que mejor juega, el que mejor trata a la pelota, el que más consistencia tiene en su juego. Cruz Azul… pues es Cruz Azul, siempre destinado a fracasar después de generar toneladas inmensas de ilusión.
Ilusionarse con Cruz Azul y pensar que puede ser campeón es como pensar que la segunda venida de Cristo está muy próxima.
Es decir: cosa de ilusos.