Recordando a Diego…

Laguna /

Para mí, es y será el más grande futbolista de todos. 

Gracias a la maravilla del internet uno puede encontrar partidos completos de Pelé, Cruyff, Beckenbauer, Platini o Maradona. 

Ya no es aplicable la típica frase de “tú no los viste jugar”. 

Nadie ha tenido una técnica tan privilegiada como la tuvo Maradona; el que más se le podría acercar es Messi… pero adolece del carácter de Diego. Odiado y amado. 

Un verdadero personaje con el que millones de personas en el mundo nos hemos identificado porque fue un ser humano con aciertos y errores. 

Él nunca negó sus problemas. Por eso tantos le queríamos; porque era indisciplinado, se vio varias veces derrumbado, le gustaba el desorden y los placeres de la vida.

Que nadie se asuste porque así somos la raza humana, aunque haya quienes lo quieran negar o se escondan. 

El ser humano es indisciplinado por naturaleza y rara vez es como lo presentan las clases de formación integral. 

A los artistas hay que medirlos por su obra y no por su vida personal. 

El arte más noble es el de hacer felices a otros. Maradona hizo feliz a todo un país (Argentina) y a todo un pueblo (Nápoles). 

En lo social le regresó a los argentinos el orgullo perdido tras el arrebato de las Malvinas en el 82 por parte de Inglaterra y en el Mundial de México 86 se hizo “justicia” con la “Mano de Dios”... sí, antirreglamentario, pero equilibró el contexto dramático de ese suceso. 

Había que vengar al pueblo argentino.

Después le dio la Copa del Mundo a su país. 

En Nápoles fue el clímax de lo que Diego significó como personaje: 

Llegó para enamorarse de una ciudad decadente en todos los aspectos y terminó siendo amado por los napolitanos que nunca en la vida habían destacado por algo positivo hasta que Maradona los puso en el mapa. 

El título de Italia nunca había bajado de Roma, Milán o Turín y el Nápoli de Maradona les arrebató dos ligas para encumbrar al sur de Italia. Lo elevaron a Dios. 

Si Maradona se hubiese presentado para las elecciones de alcalde Nápoles, habría ganado.

No me imagino a Messi o Cristiano Ronaldo jugando en el equipo más malo y más pobre de su liga para luego ganarle el título a los grandes. 

Diego sí lo hizo. Por eso Maradona significa tanto. Quienes no sepan dimensionar y comprender esto es porque son detractores o porque tienen algún déficit de razonamiento. 

Hay personas que no hacen feliz ni a su familia. Maradona, con su futbol, regó de felicidad a dos sociedades distintas. 

Este es mi pequeño homenaje para el más grande de todos.

  • Luis Miguel Rodríguez Cruz
  • luismrdzcruz@gmail.com
  • Columnista en La Afición desde Enero del 2009. Egresado de la Licenciatura en Ciencias de la Información de Universidad La Salle Laguna, con Maestría en Educación por Universidad Interamericana para el Desarrollo.
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