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Laguna /

El antes: Un estadio viejo y pequeño, con casi nulas comodidades. 

Se jugaba a las 4 de la tarde, con el sol a plomo; con el tiempo todos nos daríamos cuenta que esa era una de las principales armas del Santos cuando jugaba como local. Jugar (en verano) a 38 o 40 grados, a las 16 horas y con unas tribunas llenas, siempre, siempre, siempre. 

Alguna vez dijo un comentarista de Tv Azteca que no sabía de qué color eran las tribunas del viejo Estadio Corona, porque cuando ellos llegaban al estadio, ya estaba lleno. 

Y sí, desde las 2 de la tarde el viejo y querido Estadio Corona ya estaba lleno; dos horas antes del inicio del partido. 

No es necesario describir a esa afición, a la de antes, eran como fieras: sobre todo los que llevaban 2 horas en el sol (cuatro, para cuando finalizaba el partido).

Antes había jugadores que verdaderamente sentían la camiseta, que no ganaban tanto dinero como los de ahora, pero jugaban mejor y tenían amor por el club. 

Antes estuvo Jared Borgetti, el Pony, Vuoso, Benítez, Galindo, Ramón Ramírez, Apud (un gran ídolo que no logró levantar un título), Oswaldo Sánchez, Juan Pablo Rodríguez, Ludueña, Oribe Peralta… y muchos tantos otros. Todos gloriosos futbolistas. 

Con el tiempo vinieron otros que también alcanzaron la gloria, como Furch, Djaniny o Izquierdoz. 

Sí, en el antes había mucha felicidad. Como dicen los jóvenes de estos tiempos: “éramos felices y no lo sabíamos”.

El ahora:

Un estadio hermoso, funcional y con un montón de comodidades. Se juega a las 19 horas. 

A veces a las 20 horas. Con temperatura agradable, tanto para el público como para los jugadores (incluido el rival). Todos sabemos de qué color son las tribunas. 

Butacas, en este caso, porque el viejo Corona era puro cemento, sin sillas. 

Al nuevo Corona, o TSM, la gente llega media hora antes, 20 minutos antes, 10… o ya con el partido iniciado. 

Ahhh, por cierto, en el TSM a veces hay mayoría de la afición rival. Al viejo Corona no entraba ni un americanista, ni un chiva, ni un cruzazulino.

¿Y los futbolistas de hoy? Pues como las generaciones de hoy: de cristal, por todo se rompen, sobre todo emocionalmente. Ganan muchísimo dinero. 

No se les nota amor por la camiseta, no tienen mejor nivel que los de antes y, sobre todo, no tiene intención alguna de echar raíces en el club. 

Para terminar pronto: no son, ni serán, ídolos. Tal vez Acevedo logre serlo, si no se va pronto a algún club como América, por ejemplo. 

Las cosas han cambiado mucho, demasiado…

  • Luis Miguel Rodríguez Cruz
  • luismrdzcruz@gmail.com
  • Columnista en La Afición desde Enero del 2009. Egresado de la Licenciatura en Ciencias de la Información de Universidad La Salle Laguna, con Maestría en Educación por Universidad Interamericana para el Desarrollo.
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