Los niños son influidos por los medios de comunicación.
Para cuando comienzan la escuela, ya han experimentado varios años de televisión, video, etc… Nuestros hijos reciben enormes cantidades de información, antes de iniciar su educación formal.
Un niño de cinco años está al tanto de los chismes del espectáculo y las noticias internacionales... pero le cuesta resolver una simple suma.
Puede escribir los nombres de diez personajes de dibujos animados... pero no sabe deletrear su propio apellido.
La escuela y la familia sienten que deben "competir" con los medios por la atención, la motivación y el tiempo de los niños. Creen que deben "protegerles" de los medios.
Pero no podemos vivir escondiendo el control remoto, los diarios y revistas, o los celulares y las computadoras. Lo más probable es que estos controles (o prohibiciones) resulten insuficientes.
Los niños necesitan aprender a relacionarse mejor con los medios de comunicación.
Los adultos podemos enseñarles a comprender y discutir sobre aquello que ven, escuchan y leen, en lugar de aceptar todo apáticamente, o consumir contenidos sin entender su significado.
Es vital que nuestros niños aprendan a decodificar mensajes e imágenes y a interrogarse acerca de su propósito.
Por esta razón, el "alfabetismo mediático" debería ser un área fundamental de su educación.
Esta formación ayudaría a nuestros hijos a convertirse en personas con capacidad para comunicarse activa y exitosamente.
Tomar a los medios de comunicación y las redes sociales como ejemplo y recurso pedagógico, permitiría profundizar la formación del juicio crítico.
Los niños podrían tener otra decodificación de los contenidos y "ver" más allá de aquello que hoy ven.
Los niños no deben ser "protegidos" de sus efectos, como se pensó en algún momento; necesitan ser "equipados" con elementos de análisis para sacar mayor utilidad de aquello que consumen.
Por ello, padres y maestros necesitamos acompañar a nuestros hijos en su experiencia con los medios, orientándoles y apoyándoles para que extraigan valor de esa relación.
Facultar a los niños a descubrir nuevos significados en los medios, es una manera más de educarles en valores.
Nuestra inquietud ante el "bombardeo" mediático es absolutamente legítima y merece ser atendida.
Pero no está en nuestras manos cambiar los medios, ni eliminarlos de la vida de nuestros hijos.
Por el contrario, el camino es aceptar que ellos tienen una considerable influencia en los niños (y en nosotros) y buscar la manera de capitalizar esa influencia, para transmitir enseñanzas.
En lugar de alejar a nuestros hijos de toda esa información y "apagar" los medios, tal vez sea más inteligente compartir esa experiencia con ellos y utilizarla como un recurso de reflexión y aprendizaje.
Así, transformaríamos los medios de comunicación... en medios de educación.
luisrey1@prodigy.net.mx