La acción y efecto de considerar, se relaciona con meditar, cuando meditamos sobre algo queremos decir que lo estamos considerando, reflexionando, pensando.
A su vez también se relaciona con una acción y efecto de tomar en cuenta alguien o a algo, es decir, considerar también es tener una opinión.
Por ejemplo: “Le tengo mucha consideración al doctor”, “Lo siento, pero comprar más no está dentro de nuestra consideración” “El anciano se quedó absorto en sus consideraciones”.
Consideración, está vinculada a una meditación o reflexión. Considerar, es pensar, repasar o cavilar una decisión o el tiempo que le dedicamos a pensar en algo o alguien.
El concepto se asocia a una estimación o valoración. En general, la consideración tiene una connotación positiva.
Incluso llega a ser un atributo personal, así decimos que una persona es “considerada” que actúa con cuidado y respeto por los demás, así la consideración se refiere al trato con respeto y urbanidad:
“La pasé muy bien, me han tratado con mucha consideración”.
La expresión “De mi mayor consideración”, que suele servir de encabezado en una carta formal y se refiere a la actitud frente a la persona a la cual se dirige, que se le toma en cuenta y se le tiene en alta estima.
Considerar cómo vamos a vacacionar, o las consideraciones de fin de año, pero es una necesidad constante en nuestra vida, considerar bien lo que hacemos, cómo lo hacemos y por qué lo hacemos.
Desafortunadamente muchas de de nuestras actividades son realizadas sin considerar todos los aspectos involucrados, por falta de reflexión.
Así mismo una conducta o comportamiento cívico debería ser de consideración, nuestro trato considerado por los demás debería ser una constante en nuestras relaciones sociales.
En nuestra cultura la manera considerada es un ingrediente de valor personal y social que todos necesitamos construir.
La manera considerada de vivir, tanto en la reflexión como en el trato es una condición sin cual no alcanzaremos estados de mayor bienestar personal y social.
La familia, el trabajo, los grupos, los encuentros, las reuniones, el descanso, todas nuestras interacciones sin una actitud considerada crean tensión y conflictos. Nos urge imprimir en nuestra cultura la manera considerada de ser.
En el extremo opuesto, la desconsideración por los demás puede llevarnos a la separación, discriminación y hasta al odio por los otros.