La consideración es un concepto que abarca diversas dimensiones y se refiere a la acción de tener en cuenta algo o alguien, reconociendo su existencia y valor.
Esta noción implica meditar o reflexionar sobre un asunto, prestando atención a sus consecuencias y significados.
La consideración es fundamental en las relaciones humanas y en la vida social, pues actuar de manera considerada implica empatía, es decir, reconocer y entender las necesidades y sufrimientos de los demás, lo cual es esencial para fomentar relaciones armoniosas y pacíficas en la comunidad.
Implica a su vez reflexión, pues al tomar decisiones, hay que considerar todas las variables y opciones disponibles, para encontrar soluciones efectivas
La consideración también se manifiesta como un trato respetuoso hacia los demás, lo que incluye reconocer su dignidad, singularidad y valor intrínseco.
Se ha planteado una ética de la consideración que busca establecer relaciones no dominantes y enfatiza el reconocimiento de la vulnerabilidad y la interdependencia entre todos los seres, promoviendo un desarrollo más sostenible.
En el contexto social, ser considerado implica actuar con amabilidad y respeto hacia los demás, lo que contribuye a una convivencia más armónica.
Cuando decimos “en consideración a” lo que queremos decir más explícitamente es teniendo presente a alguien o a algo, hacemos o no hacemos algo, decimos o no decimos algo.
Cuando expresamos que algo o alguien es “de consideración” estamos queriendo decir que es Importante, grave o con consecuencias: “el vecino sufrió una operación de consideración”, por ejemplo.
Y la expresión “tener en consideración” es tener en cuenta, dar la debida importancia a alguien o a algo, que no se escapa de nuestro pensamiento o de nuestros planes.
La actitud considerada se expresa en comportamientos, como dar las gracias, esperar el turno, respetar las reglas de tránsito, no gritar o alzar la voz en los hospitales, ya que estas actitudes significan que estamos tomando en cuenta a los demás… Pero también cuando escucho con atención, y no interrumpo la conversación del otro, cuando pido permiso para retirarme o cuando llego a tiempo a la cita, y cuando, poniéndome en los zapatos del otro, intuyo su alegría o su sufrimiento, sus angustias o su bienestar.
La consideración es un valor esencial que facilita la convivencia y el entendimiento mutuo.
Implica no solo reconocer las necesidades de los demás, sino también reflexionar sobre nuestras propias acciones y su impacto en el mundo que compartimos.
La práctica de la consideración puede llevar a un desarrollo personal y social más consciente y responsable.
luisrey1@prodigy.net.mx