Por comunicación entiendo el intercambio del ser no únicamente del decir. Cuando el ser y el decir coinciden, el decir y la palabra adquieren toda su fuerza.
Cuando no corresponden la palabra se desvanece ante la contundencia de los hechos.
Por eso la comunicación no verbal tiene mucha más fuerza, porque la comunicación no verbal es, ante todo, el propio comportamiento.
Todo lo que diga será tarde o temprano corroborado o contradicho por mi conducta. Si es corroborado, mi comunicación tendrá fuerza, si no, se perderá en el viento.
Entiendo también por comunicación la claridad en el mensaje. Si no me comprenden aquellos a quienes hablo, la responsabilidad de la comunicación es mía.
Si no soy claro, si no me entienden, es porque en el fondo no me he querido comunicar o no me he podido comunicar con ellos.
Lo más difícil puede ser comunicado diáfanamente cuando el que se comunica piensa con claridad.
Los temas más complejos pueden ser bien entendidos cuando el que los expone de veras los comprende y además quiere que lo comprendan aquellos a quienes habla.
Toda comunicación interpersonal es subjetiva. Los datos más objetivos producto de una investigación, al pasar por el filtro de la percepción individual, adquieren un matiz, un significado único, distinto, irrepetible y a veces incomunicable.
La realidad objetiva existe independientemente de mi percepción, pero mi percepción de dicha realidad será siempre relativa, cambiante y dependiente de mis características personales, como dependiente también de mis estados de ánimo más cambiantes todavía.
Comunicarse es decir “a mí me parece” “yo así lo veo o lo percibo” y no “así es”.
Comunicarse es asumir la responsabilidad de la limitación e individualidad del campo perceptual en cada persona por más amplio e ilustrado que éste sea.
Comunicarse es asumir la responsabilidad de los significados diferentes que para cada uno tiene la percepción de la realidad.
Comunicar es darnos mutuamente el derecho de percibir de manera diferente la misma realidad y a aprender de las diferencias, enriqueciendo con ellas la percepción propia.
El núcleo profundo de la comunicación está en darnos mutuamente el derecho humano de ser diferentes y de pensar, sentir y actuar en consecuencia.
El derecho humano de vivir ampliando la propia consciencia y tomando responsabilidad de las propias decisiones, es decir, el derecho a la autodeterminación en todos los ámbitos de la existencia.
Comunicarnos está en darnos mutuamente la libertad de ser.
luisrey1@prodigy.net.mx