Gracias Ramírez no presumía su talento: lo compartía. Y en ese acto sencillo dejó huella en lectores, alumnos, amigos y desconocidos que alguna vez se detuvieron a escucharla

La Casa de la Cultura fue testigo de un evento donde más de cien niños, entre los cinco y los trece años, llegaban acompañados por padres orgullosos y maestros atentos.

Hay eventos que no sólo se viven: se quedan en la memoria como un recordatorio de por qué la voz humana sigue siendo una de las herramientas más poderosas para transformar realidades

¿Quién se beneficia realmente cuando ignoramos los plazos? ¿Y quién pierde cuando la disciplina se relativiza?

Las vidas no se suman ni se restan; se sienten, se buscan, se crean. No hay fórmula exacta para el sueño correcto ni ecuación que resuelva lo que ocurre en un corazón que late con ganas

Somos la evidencia de que su ejemplo no se marchitó, sino que germinó en miles de corazones que siguen creyendo que la educación es la forma más noble de transformar al mundo.

Carbozea es más que un proyecto de ingeniería. Es una metáfora viva del espíritu que define nuestra realidad del medio ambiente: convertir la adversidad en oportunidad, lo cotidiano en extraordinario, lo desechado en esperanza

En un scroll infinito puede aparecer la voz de un maestro que se hizo eterno, el comentario de una periodista del otro lado del mapa, y una conversación que devuelve al presente lo que creíamos perdido.

Hay momentos en la vida que nos marcan para siempre. Instantes en los que comprendemos que la verdadera grandeza no se mide por los años que pasan, sino por la huella que dejamos en los demás.