Hace algunos días recibí una invitación para asistir a la Casa de la Cultura de Tampico, como parte de una convocatoria de la Secretaría de Cultura para una fotografía grupal de la Comunidad Artística de nuestra región.
Al llegar, sentí una inmensa emoción por ser parte de este registro fotográfico del proyecto: “Una comunidad que deja huella”.
En esta ocasión, el fotógrafo Elfego Hernández inmortalizó a profesionales de todas las disciplinas artísticas; fue un momento muy emotivo estar rodeada de mis compañeros de la comunidad literaria, compartiendo este significativo momento.
Fue en ese momento que me puse a reflexionar acerca de cómo, desde que somos niños, la cultura nos envuelve y moldea.
¿Recuerdas cómo tus padres te inculcaron el amor por el arte? Tal vez fue a través de visitas a museos, con cuentos antes de dormir o quizás regalándote aquellas hermosas tardes de música en casa.
Sin duda todas estas experiencias dejan una huella indeleble, desarrollando habilidades y una gran sensibilidad que nos acompañan por el resto de la vida.
Considero que el arte, más allá de ser una forma de expresión, es una herramienta poderosa que fortalece nuestra creatividad, pensamiento crítico y empatía.
¿Qué habilidades adquirimos a través de las bellas artes durante nuestra infancia? Todas ellas contribuyen a formar individuos completos, sensibles y resilientes, capaces de enfrentar los retos de la vida.
Recordemos cómo el arte une a las comunidades. ¿Cómo? En cada uno de los eventos que se presentan en la agenda cultural compartimos emociones y sentimientos que nos conectan con los demás.
Estas experiencias comunitarias son esenciales, ya que nos permiten dejar nuestra esencia en el arte y, al mismo tiempo, recibir la de otros, creando un intercambio enriquecedor.
Para el artista, crear es una necesidad vital. Cada obra nace de las vivencias, emociones y pensamientos más profundos.
El proceso creativo es un viaje íntimo y personal, donde se exploran miedos, alegrías y todo lo que nos toca de manera profunda: Es a través de este viaje que se generan piezas que resuenan y se conectan con el público.
Por último es importante recordar que el arte está presente en todos los aspectos de nuestra vida y, en nuestra región, es una bendición poder disfrutar de una agenda cultural tan variada.
Las exposiciones, presentaciones y eventos culturales son una ventana abierta al talento y la creatividad local.
Gracias a estos espacios, podemos vivir y celebrar el arte en nuestra zona conurbada, permitiendo que todos nos nutramos de su poder transformador.