Fue el año pasado cuando, gracias a Fundación Fleishman, tuve la oportunidad de conocer a Armando González, un líder positivo y apasionado de la cultura, quien sin dudarlo, en una de las charlas que tuvimos los participantes para hacer networking, me contó acerca de la Casa Lúa.
Y fue junto a su esposa Karen Valeria Enríquez Vargas y su hermana Alba González que iniciaron con este sueño que a través de los años ha impulsado el talento, los valores y la creatividad gracias a FEMA.
Este proyecto cultural que tiene sede en Tampico y Altamira forma parte de la Asociación Civil FEMA -Fomento Educación Música y Artes- la cual está comprometida con el desarrollo educacional y cultural de nuestra zona.
Pero ¿qué es lo que buscan como líderes de cambio de acción positiva? Sin duda, el poder sensibilizar su entorno, con un enfoque mayormente concentrado en la comunidad infantil y juvenil, el cual tiene por meta brindarles una educación integral que funja como principal objetivo para desarrollar su futuro.
Un espacio que alberga a casi 100 alumnos que centran sus estudios en la música y el arte, y comparten su talento; pero nada de esto sería realidad si no existiera la fundación FEMA y entonces muchos sueños se detendrían, ya que esta fundación funciona para el desarrollo comunitario y programas de apoyo a la comunidad.
Talleres de música: violín, guitarra, bajo, ukelele, teclado, batería, canto e iniciación musical; así como artes plásticas, pintura, dibujo, son algunas de las especializaciones que podrán encontrar en cualquiera de sus dos ubicaciones.
Es por eso que hoy quisiera dedicar esta columna a FEMA para que más gente solidaria, empresas y líderes de acción de cambio puedan sumarse a su proyecto que abrirá las puertas a más tamaulipecos.
Si quieren conocer más acerca de todo lo que FEMA ofrece a la sociedad tampiqueña, no duden en asistir este próximo jueves 2 de noviembre en punto de las 18:00 horas al “Chumba Lua Fest” donde podrán observar a sus talentosos alumnos de modalidad inicial, intermedio y avanzado.
Los asistentes también tendrán la oportunidad de reunirse alrededor de una fogata para escuchar cuentos de terror de viva voz de los alumnos.