En las últimas dos semanas, el peso se ha devaluado debido a muchos factores. Aquí vale la pena retroceder hasta finales de mayo, justo antes de las elecciones. Un día antes el peso cotizaba en 16.99 respecto al dólar; el día de los comicios, cuando se anunció que Claudia Sheinbaum había ganado con abrumadora mayoría, la cotización de nuestra moneda se mantuvo intacta, no reaccionó a favor ni en contra. Sin embargo, horas más tarde, cuando se vio claramente la probabilidad de que Morena podía obtener mayoría calificada en las dos cámaras, ahí sí el peso reaccionó negativamente y se fue de 16.99 a 18.50.
¿Qué pasó? A los mercados, tanto en México como en el mundo, no les gustan los gobiernos sin contrapesos porque los considera más riesgosos, y si Morena podía obtener la mayoría calificada en las dos cámaras, eso le daría la oportunidad al nuevo gobierno de ir sin contrapesos.
Después de esto el peso ha mostrado mucha volatilidad porque además el Presidente empezó a insistir en que ahora sí, con la mayoría calificada, se impulsará en el nuevo Congreso el plan C, que consiste en 18 cambios constitucionales que deberán aprobarse en septiembre, una vez instaurado el nuevo Congreso.
De todos estos cambios, los que más preocupan son los relativos al sector judicial. Y la parte que más rechaza el mercado es que ministros, jueces y magistrados sean electos por voto popular. Tampoco a los mercados les agrada la desaparición de algunos órganos autónomos que son clave para seguir fortaleciendo la democracia. Me refiero a la propuesta de desaparecer el INAI.
Así las cosas, desde junio el peso ha tenido días buenos y malos; sin embargo, la cotización siempre ha estado arriba de 18 pesos por dólar.
En las últimas semanas, al tiempo que AMLO ha endurecido su discurso, también ha surgido preocupación por las reformas al poder judicial. Hay comentarios del embajador de EU y del de Canadá y opiniones en los principales diarios del mundo, como The New York Times, Wall Street Journal y The Washington Post, donde expresan que las reformas de AMLO pueden afectar los atractivos de México para que los extranjeros sigan invirtiendo. Además, algunas instituciones financieras, como Morgan Stanley, han advertido que no es prudente invertir en activos mexicanos. Así, el tipo de cambio se ha movido cerca de 20 pesos por dólar y me temo que en septiembre se presionará un poco más.
Aún faltan muchos eventos por analizar. En septiembre veremos cómo pasan las reformas; me temo que tal cual las presentó el Presidente. El nuevo gobierno presentará un presupuesto para 2025, que será determinante para el tipo de cambio. Si hay credibilidad y se percibe la intención de reducir la deuda pública y el déficit fiscal, aunque sea un esfuerzo paulatino, el peso se beneficiará. Sin embargo, si no es creíble y no se evidencia la intención de mejorar las finanzas públicas, entonces las cosas se pueden poner muy mal, ya que las calificadoras podrán cambiar su juicio sobre la calidad de la deuda mexicana y si estas evaluaciones son negativas, la repercusión será importante y el tipo de cambio puede subir arriba de 21 pesos por dólar.