Me parece que es muy importante reflexionar sobre cuál es el futuro próximo de las bolsas (de mayo a diciembre de este año), toda vez que los principales índices han tenido un comportamiento bastante satisfactorio en los primeros cinco meses del año. Por ejemplo, el índice de precios y cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores ha tenido un rendimiento en directo, de enero a mayo de 8.8%, ¿qué, podemos esperar que nos rinda en todo el año?; lo mismo diría para las bolsas en Nueva York, donde los dos principales índices han tenido un rendimiento de: el Standard & Poor’s 8.9%, el Nasdaq 23.6%; y ni qué decir del principal índice europeo que es el Stoxx Europe 600, que ha rendido en estos cinco meses 6.3% en euros.
Desde mi muy particular punto de vista, tengo la impresión de que todos estos índices aún tienen espacio para crecer el resto del año; por supuesto a un menor ritmo y con bastante volatilidad, pues todavía existen temas que no están plenamente resueltos, pero es muy probable que en el último trimestre puedan tener un muy buen desempeño.
Los asuntos pendientes tienen que ver con la inflación y las tasas de interés, donde las preguntas más lógicas son, si en verdad la primera está cediendo, y la segunda es si ya vimos el techo de las tasas. Estas preguntas son difíciles de contestar, porque en términos generales la inflación subyacente —que es la más importante— y es la estructural, ha mostrado resistencia para bajar. Lo anterior inquieta porque quizá los Bancos Centrales podrán pensar que las economías necesitan tasas de interés más altas para así lograr que la inflación subyacente se reduzca; esto lógicamente generará incertidumbre, y algo más difícil de pronosticar es si en el ámbito global la geopolítica tenderá a mejorar, o al contrario, empeorará. Sigue preocupando la guerra de Rusia y Ucrania, así como la tensión entre China y Estados Unidos en relación al tema de Taiwan, entre otros.
Fuera de estos asuntos, yo creo que el círculo vicioso que se vivió en 2022 y parte de este año, de una inflación aumentando y más alzas de tasa para remediarla, para finales de año se puede convertir en un círculo virtuoso de inflación a la baja y tasas de interés reduciéndose. No se me olvida que existe la posibilidad de una recesión en el camino, pero por los datos que vemos semana a semana ésta se ve aún muy lejos; existe la posibilidad de un aterrizaje suave de la economía norteamericana, que es la más importante del mundo. También China, la segunda economía del mundo, me preocupa por el mal desempeño que ha tenido en el segundo trimestre; sin embargo, la mayoría de los analistas coinciden en que el segundo semestre será mejor que el primero para el gigante asiático, mismo que podría ayudar a los mercados bursátiles del mundo.
En resumen, mantengo un optimismo moderado en relación al desarrollo de las bolsas en el mundo.