Termina un año muy complejo para los mercados; el entrante también será difícil

Ciudad de México /

Este año se caracterizó por una volatilidad extrema, producto de cambios profundos en las políticas económicas, amén de que los adelantos tecnológicos en materia de inteligencia artificial también han convulsionado al mundo de las inversiones.

Las valuaciones de empresas ligadas a la IA han superado cualquier expectativa, lo cual produce optimismo por un lado y nerviosismo por el otro al desconocerse si estas multimillonarias inversiones traerán como consecuencia mayor productividad y crecimiento o no tendrán la respuesta en los resultados que los mercados esperan.

En otros temas, el mundo económico es muy distinto con Donald Trump como presidente de la economía más poderosa del mundo; su pensamiento en temas comerciales es radicalmente distinto a lo que hubo en los últimos 50 años. Ahora resulta que la globalización que, si bien es cierto no nos dio todo lo que esperábamos, dejará un vacío que pretende ocupar el proteccionismo; es tan profundo el cambio que Trump busca imponer que es muy difícil predecir las consecuencias que estas decisiones tendrán a mediano y largo plazos.

Creo que lo que teníamos era perfectible, sin lugar a duda, pero este cambio hacia un proteccionismo —en muchos casos irracional— va contra el crecimiento económico y el progreso general; el tiempo ya nos lo dirá.

La volatilidad extrema que vivimos en 2025 aún tiene mucha fuerza. Existen temas económicos aún no resueltos como la inflación; aunque ésta se ha moderado en algunas economías del mundo, como la estadunidense y la mexicana, todavía está fuera de los parámetros esperados por los bancos centrales.

En Estados Unidos la inflación está en 2.8 por ciento, fuera del objetivo de la Reserva Federal de 2 por ciento, y lo peor es que se ve difícil que la meta se alcance el año entrante. En México la nominal se encuentra en 3.61 por ciento, pero la subyacente está en 3.9 por ciento, fuera del objetivo de Banxico de 3 por ciento y, al igual que en EU, se ve difícil que se pueda alcanzar en 2026.

Como consecuencia de lo anterior, hacer proyecciones sobre la tasa de interés en ambos países parece algo precipitado; si la inflación sigue siendo necia y no se reduce, bajar tasas de interés ya no es tan lógico, pues si se alienta el proceso económico bajando la tasa eso resultaría contrario en la lucha contra la inflación.

Además están los temas de la geopolítica, que se encuentran sin resolver plenamente, el asunto de Medio Oriente todavía está muy álgido y el de Rusia y Ucrania también se ve difícil de alcanzar en el corto plazo. Ojalá me equivoque, pero el presidente Vladímir Putin no se ve muy emocionado con lograr un acuerdo de paz.

En fin, 2026 se ve también bastante difícil y aquí lo estaremos comentando.


  • Manuel Somoza
  • Presidente de Somoza y Asociados by GBM. Es economista de la Universidad Anáhuac y tiene una maestría en Finanzas del Tec de Monterrey.
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