Es un fastidio, pero también es una realidad, que Donald Trump sigue descomponiendo la agenda económica mundial. Su protagonismo, su vanidad, la falta de serenidad y su actuar más con el estómago que con la cabeza son atributos que lo convierten en una amenaza pública sin precedente.
Lo peor es que ostenta el poder de la nación económica más fuerte del mundo en un momento donde ese gran país ha perdido un poco el rumbo al permitir que un personaje como Trump haga lo que se le da la gana, con muy pocos equilibrios, porque además tiene el control de las dos cámaras por los próximos dos años.
En relación a lo económico, parece que está usando el tema de los aranceles para lograr objetivos de otro tipo, junto con querer señalar lo que puede lastimar a los demás, solo por demostrar quién es él. El prurito de querer un país grande y fuerte es solo el pretexto, lo que más desea es que la gente lo idolatre; por desgracia, en esa nación hay muchos millones de ignorantes, iletrados que no ven más allá de sus fronteras y piensan que EU es lo único que vale la pena en el mundo.
En el caso de México está clarísimo que lo comercial no es lo que le importa, lo esencial es que controlemos la frontera para que no lleguen inmigrantes de otros países a entrar a su territorio, y aunado a esto que detengamos el tráfico de fentanilo que cruza por nuestro país. En lo económico, los análisis son tan apabullantes que tarde o temprano reconocerá que el T-MEC es y ha sido benéfico para todas las partes involucradas.
Entendería que su rival natural, en muchos aspectos de la vida económica sea China, pero no Europa y menos México y Canadá; en lugar de concentrarse en eso, dispara para todos lados. Él sabe que si sigue así perderá el control del Congreso dentro de dos años, y eso lo hará recapacitar porque ahí se podrán restablecer los equilibrios que hoy burla.
México ha jugado bien las cartas, pero Canadá y Europa no tanto; el desequilibrio de fuerza está muy a favor de EU. China es la única potencia que sí lo puede enfrentar en materia comercial. La economía de EU no está basada en el comercio exterior, su fuerza y fortaleza radican en el enorme poder que está en su mercado interno.
En abril, espero no equivocarme, México saldrá mejor librado que el resto del mundo en el tema de aranceles; además, los logros en relación a las encomiendas de Trump están a la vista. El control de las fronteras es una realidad; igual han disminuido los migrantes que quieren pasar a EU; el tema de decomisos de fentanilo también es evidente, al igual que la cantidad de narcos atrapados (más de 14 mil en lo que va de esta administración) y 425 laboratorios clandestinos destruidos. Todo esto significa un gran trabajo que no se hizo por años, pero hoy ahí están los resultados.
El presidente Trump seguirá siendo un factor de desestabilización y afectará en lo económico, pero estoy convencido de que se va a empezar a retractar.