Todo parece indicar que la llamada que sostuvieron la Presidenta Claudia Sheinbaum y Donald Trump arrojó buenos resultados; al darse a conocer la noticia el día jueves, el tipo de cambio empezó a mejorar y en 12 horas habíamos avanzado 30 centavos --el dólar se bajó de 20.70 a 20.40--, obvio esto puede cambiar en cualquier momento, pero sentí que los mercados se tranquilizaron después de la llamada.
Es muy importante tratar de leer a Donald Trump y no dejarnos ir simplemente por los dichos y las apariencias; es un personaje muy prepotente, sumamente mal educado y le gusta ser --o por lo menos parecer-- como un hombre rudo. Así es y no lo vamos a cambiar, pero lo que sí es cierto es que debemos de empezar a conocerlo más y entenderlo, es una figura peligrosa por ser tan impulsivo y tan poco reflexivo, pero no es tonto y no come fuego. Además, sus mensajes también son tema de análisis, hacia afuera dice lo que le conviene y en la forma que a él le gusta, aunque eso no sea necesariamente lo que se discutió; por ejemplo, de lo que sabemos de la conversación que tuvo con nuestra Presidenta, él presentó como un logro el que la Señora Sheinbaum se había comprometido a cerrar nuestras fronteras al tránsito de inmigrantes, lo cual no fue así. Como después explicó nuestra mandataria, el compromiso de México es contener los flujos y “administrarlos“ de la mejor manera, pero respetando una serie de principios que tiene nuestra nación; aquí lo importante es que México se compromete a que los flujos de migrantes no llegarán a la frontera norte o serán mínimos, espero que podamos cumplir con eso. Yo en lo personal, y me confieso ignorante en el tema, no entiendo por qué México permite que los migrantes nos usen como autopista o trampolín para llegar a los Estados Unidos; qué tiene que ver eso con los derechos humanos, todos los países tienen sus leyes migratorias y únicamente muy pocos permiten el libre tráfico en sus fronteras, por qué nosotros no los limitamos. Yo cuando viajo y regreso a México veo cómo los extranjeros son revisados a ver si tienen los documentos necesarios para poder entrar a México, por qué en la frontera sur de nuestro país no existe ese control, por qué no lo queremos tener, o por qué no lo podemos implementar, ¿por falta de recursos?, o es un tema de corrupción porque quien paga sí puede pasar y el que no pues no. Francamente no lo sé, pero no entiendo la razón de dejarlos entrar y nosotros comprar el problema. Si no tenemos cómo darle buena y suficiente mano de obra a los nuestros, para qué nos comprometemos a ayudar a quien no podemos apoyar; el ejemplo empieza por casa. Pero en fin, no me quiero desviar; estoy optimista pensando que nuestro Gobierno tendrá el talento para lograr una mejor relación con Trump.