Hace unos días, el Zoológico de Tamatán en Ciudad Victoria, Tamaulipas, celebró el nacimiento de una nueva jirafa macho, que con casi dos metros de altura ya promete ser una de las principales atracciones del lugar.
El vocal de la Comisión de Parques y Biodiversidad de Tamaulipas (CPBT), Eduardo Rocha Orozco, destacó que el nacimiento, ocurrido el 5 de julio a las 20:28 horas, es un testimonio del compromiso del zoológico con la conservación y representa una esperanza renovada para la preservación de la vida silvestre.
Sin embargo, esta noticia que debería alegrarnos y llenarnos de esperanza, debe también preocuparnos profundamente.
Sin embargo, considero que la noticia del nacimiento de la jirafa, más que ser motivo de celebración que, en parte lo es, debería motivar que dirijamos nuestra atención a la gestión al Zoológico de Tamatán en los últimos tiempos.
La periodista Shalma Castillo ha revelado, a través de su cuenta de X, preocupantes datos sobre la administración del zoológico bajo la dirección de Juan Manuel Guerrero Garza.
En la publicación que realiza la periodista tamaulipeca, menciona que durante los primeros cinco meses de gestión de Guerrero Garza, murieron 28 animales registrados, incluyendo leones, jirafas, canguros, lobos mexicanos, aves y peces.
Este dato es alarmante y plantea serias dudas sobre las condiciones en las que se encuentran los animales en el zoológico.
Más preocupante aún es que, tras recibir varias especies donadas por el Zoológico de Nuevo León, murieron más animales a los tres días.
No obstante, el actual director del Zoológico recibe mensualmente un salario de 62 mil pesos, 59 mil pesos como profesor de tiempo completo en la Secretaría de Educación Pública (SEP), y 17 mil pesos como capacitador en el programa Bienestar de la Secretaría de Bienestar de México.
Es decir, Guerrero Garza tiene dos empleos adicionales, lo cual plantea una duda fundamental: ¿cómo puede un director con tres trabajos, solo en el servicio público, dedicarse plenamente al cuidado y bienestar de los animales del zoológico?
Aún más grave es que, según en palabras de la propia periodista, en sus declaraciones patrimoniales, Guerrero Garza omite los ingresos de sus diversos trabajos, declarando únicamente el de un solo trabajo de los tres que ostenta.
Pero, volviendo al punto inicial de este tema, el Zoológico de Tamatán no puede ser administrado por alguien que no dedica el tiempo necesario para garantizar el bienestar de los animales.
La muerte de 28 animales en cinco meses y el descuido evidente tras la llegada de nuevas especies donadas reflejan una gestión inadecuada y negligente.
Los animales merecen una atención y cuidado constante, algo que no se puede proporcionar con un director que tiene múltiples empleos y compromisos.
Ojalá que la nueva jirafa que acaba de nacer no tenga el mismo futuro que los animales fallecidos y que su nacimiento sirva como catalizador para exigir que las autoridades correspondientes aclaren qué es lo que ha venido sucediendo en el zoológico, el cual, cabe mencionar, se encuentra en peores condiciones que como lo dejó la administración pasada.