La despolitización de los mexicanos

  • Columna de Marcos Antonio Santoyo Bernal
  • Marcos Antonio Santoyo Bernal

Jalisco /

Cuando una sociedad rechaza y maldice a sus gobernantes por sentir que los han abandonado, que no les han cumplido o que se han alejado de ellos, es entendible y justificado dicho rechazo. Esto conlleva a cambiar de régimen de gobierno, exigiéndole a éste que les cumpla desde el primer día, para mejorar de manera sustancial su calidad de vida, esto lo hace una sociedad que se encuentra politizada, porque lo que le interesa a este tipo de sociedad es mejorar su estilo de vida y no continuar solapando o justificando a malos, inoperantes, ineficientes u ocurrentes gobiernos.

En 2000, muchos mexicanos de desbordaron en las urnas para quitarle al PRI el poder y otorgándoselo a Vicente Fox Quesada, candidato del PAN en esa elección. El famoso Chente Fox había sido muchos más brabucón y agresivo en contra del PRI que el señor López Obrador en el anterior proceso electoral, muchas personas mencionaron en ese momento que dejaran de festejarle al señor Fox sus bravuconerías y ocurrencias, y que le exigieran que se pusiera a gobernar para mejorar las condiciones de vida de muchos mexicanos, pero no solo le continuaron festejando todo, además le volvieron a dar el poder al PAN con Felipe Calderón Hinojosa, y ahí tenemos las consecuencias.

Después de 12 años perdidos, los electores le volvieron a dar su voto de confianza al PRI, con el inolvidable Enrique Peña Nieto, el cual terminó su sexenio con el peor rechazo social que se tenga memoria. Ante esto, y ya con 18 años de pésimos gobiernos, los mexicanos votaron por la única opción que les ofrecía “esperanza”, es decir, por el señor Andrés Manuel López Obrador, un ex priista tabasqueño que se la pasó desde el 2006 buscando la presidencia de la república.

En 2018, ofreciendo la luna, las estrellas, el paraíso y todo lo que se le ocurría ofrecer a los sedientes y hambrientos electores de esperanza, AMLO logra su objetivo por fin, sentarse en la silla presidencial y tener el teje y maneje de este país, controlando la mayoría de la cámara de diputados y senadores. López Obrador logró 30 millones de votos, es decir, el señor contó con el apoyo en las urnas de la mayoría de una minoría, considerando esto, por tener nuestro país 88 millones de electores, o sea, 58 millones votaron por otros partidos políticos, o simplemente no sufragaron.

Como se observa, no todos los electores votaron por el famoso Peje, son muchos que están ahí a la expectativa de lo que sucede en este sexenio. Aun así, en los primeros días de gobierno de la tan sonada Cuarta Transformación, se han desarrollado diversas acciones que han dejado muchas dudas en su implementación, varios sectores de la población han cuestionado el actuar del tabasqueño en temas cruciales para la vida política, social, jurídica y democrática del país.

Aun con todos estos temas polémicos, el señor López Obrador sigue contando con el apoyo de muchas mexicanos, éstos defienden al presidente con “argumentos” de que antes todo estaba mal, que los priistas y panistas hicieron cosas peores, que si el Peje hace algo mal, lo hace sin querer, sin mala intención, que se le deje aprender, que a lo mejor va a robar, pero no tanto como antes, que si viola la Constitución y las leyes que él juró respetar no pasa nada, que lo hace por nuestro bienestar y protección.

Esta actitud de muchos mexicanos, nos indica que todavía no estamos politizados, que nos falta mucho para lograr un verdadero desarrollo democrático y político. Porque una sociedad politizada que se deshizo de un régimen que lo perjudicaba, una vez que elige a otro diferente, le empieza a exigir resultados para contar con un desarrollo en todos los aspectos. O como diría mi abuela, mientras se continúe solapando, protegiendo y defendiendo a ciegas, seguiremos siendo un país fácil de manipular por personajes endiosados ¿No lo creen?

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