Donde se grita mucho no importa lo escrito ni lo dicho. Palacio ha contado con ello y lo alimentó. Si la consigna de nuestras violencias pasa desapercibida y es ajena al escándalo, por qué no sucedería lo mismo con la reserva de información sobre el costo del Tren Maya hasta el 2027, los 32 mil millones de pesos en irregularidades en la Cuenta Pública 2022, la entrega a Jalisco de miles de medicamentos oncológicos caducos.
Reflejo del estado nacional, de la negación, de la vocación por el engaño. Éxito perverso de este gobierno: la disociación desde el poder entre las acciones políticas con la realidad y las condiciones de salud democrática.
En ese todo hecho pie de página, el oficialismo lanza sus puntos fundamentales sabiendo que, como ese otro universo de letras pequeñas, se perderán en la estridencia de nuestra cotidianidad electoral.
Un estudiante de primer grado en ciencias políticas sabe que la promesa de un gobierno sin corrupción es perorata en la escala más burda de demagogia. De existir interés en contenerla —eso sí es posible—, evitaríamos estructuras de opacidad que designan seguridades nacionales a destajo con tal de ocultar los posibles pantanos. Incluidas las infinitas concesiones a militares.
Ninguna separación entre poderes queda firme después del reconocimiento presidencial sobre su intervención vía Zaldívar en los asuntos de la Corte.
Poco garantiza la libertad de expresión como el ataque a la prensa crítica, sólo el desinterés e incapacidad por impedir el asesinato de periodistas.
El respeto a la diversidad política que prometen los puntos fundamentales quedó patente con los insultos contra los asistentes a una protesta ciudadana: hipócritas, corruptos, traidores a la democracia aquellos con pensamiento distinto.
Con evocaciones a Lysenko, la administración actual denostó la actividad académica y científica, pero el cinismo permite hablar de promoverlas como si las bullas de Buylla no dieran fe.
Algunas identidades tapan tumbas. Los puntos fundamentales firman el profundizar la estrategia de seguridad. La de la prisión preventiva oficiosa, la de los soldados, la que convirtió al país en una fosa intransitable. ¿Qué hay al final de las profundidades?