El retiro desesperado de las Afores

Ciudad de México /

La necesidad ante la pérdida de empleo ha llevado a miles de personas a echar mano de todo tipo de recursos para hacerse de dinero para enfrentar la realidad apremiante, pagos comunes como la renta, los servicios, deudas pendientes y demás gastos cotidianos hoy se han convertido para muchos en una pesadilla por lo que los empeños y los retiros de las Afores empiezan a ser más comunes.

La falta de una cultura del ahorro ha llevado a que la mayoría de los mexicanos cuenten solo con la del ahorro para el retiro y tengan que disponer de ese dinero para enfrentar el desempleo que se ha convertido en otra de las pandemias que azotan al orbe.

De acuerdo a datos de la Comisión Nacional de Ahorro para el Retiro (Consar) se estima que más de 260 mil personas han recurrido a sus cuentas de Afore para suplir necesidades básicas, lo que significaría un monto superior a los mil 500 millones de pesos y apenas empieza lo peor, pues la crisis a la que nos estamos enfrentando todavía no toca fondo y esta curva para aplanarse pasará mucho tiempo antes de que esto suceda. Pero no todos tienen la oportunidad de recurrir a sus Afores, pues solo 66 millones de connacionales cuentan con una Afore, y no todos se aportan en este momento al ahorro para el retiro. De acuerdo a la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, en la formalidad se encuentran 24 millones de trabajadores, mientras que en el informal están 31 millones de personas.

Tan solo en abril más de 550 mil trabajadores perdieron su empleo producto de los cierres de empresas dictado por la autoridad sanitaria al no considerarlos como sectores necesarios, el desembolso hecho por las afores ya es considerado como histórico por las propias operadoras.

De acuerdo a la ley quienes deseen obtener dinero de estas cuentas de ahorro solo lo pueden hacer una vez cada lustro, y por un monto no mayor al 10 por ciento del total de lo ahorrado lo cual en muchos casos con el salario mínimo que se paga, aunque se haya presumido su incremento no alcanza para mucho y en caso de otra embestida, además de recortar el patrimonio se tendrá que echar mano de otros recursos, que cada vez son más limitados.

miguel.puertolas@milenio.com

  • Miguel Ángel Puértolas
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