Hagamos un poco de memoria y hace no mucho, poco más de 20 años el acceso a la información estaba vedado en México, como periodista siempre me causó curiosidad conocer aquellos datos que estaban ocultos para los ciudadanos, desde cuánto ganaba un funcionario público, hasta cómo y en qué se gastaba el presupuesto, toda esta información existía pero sólo se podía obtener mediante filtraciones que obviamente se convertían en la nota principal.
Poco más de dos décadas han pasado para llegar al punto en que vemos normal conocer cuánto ganan nuestros gobernantes, si nos referimos al salario oficial pues en muchos casos los ingresos distan mucho de lo que perciben como remuneración por su trabajo. Hoy es normal en un par de clicks conocer el directorio de un gobierno o poder y de manera digamos no tan sencilla ni manejable en muchos casos (hay excepciones) cómo se ejerce el presupuesto, es normal y cotidiano, con muchas reticencias aún conocer estos datos.
Para garantizar el acceso a esta información y validar que los ciudadanos tengamos acceso a todo dato que queramos del actuar gubernamental se crearon los órganos garantes, quienes actúan como árbitros a fin de que se respete este derecho, pues los ciudadanos informados pueden tomar decisiones informadas y mejores
Cuando sabemos cómo somos gobernados, hacemos que quienes están en el poder rindan cuentas por sus decisiones y acciones la información es poder en las manos de los ciudadanos, uno que pareciera se desea retirar a los gobernados, pues nada garantiza que todo eso a lo que hoy tenemos acceso se mantenga teniendo al gobierno como juez y parte, es como ser diagnosticado con una enfermedad sin derecho a una segunda opinión.
Lo que sí garantiza la desaparición de los órganos garantes es una opacidad que no conviene a México, por muchas razones, la tentación incluso de hacer partícipes por omisión o complicidad al crimen es real y latente.
No hay nada más peligroso que cerrar los ojos al ejercicio del recurso público, pues si existiendo ciudadanos vigilando hay escándalos enormes de corrupción, con las reformas a la Constitución los habrá más impactantes, con la diferencia que nos enteraremos… sólo por filtraciones.