Silencio, estigmatización, señalamientos, burocracia, son algunos de los porqué las mujeres prefieren no denunciar cuando son víctimas de violencia, violencia que no necesariamente es física y es de la que más se duelen las mujeres.
Si la violencia que se ve, la de los golpes, la que en muchos casos ha llevado a la muerte de las víctimas difícilmente llega al conocimiento de la autoridad por muchas causas, en especial sociales y culturales, el otro tipo de violencia, la del acoso, la del manoseo en el transporte público, la de las palabras vulgares y los dobles sentidos en las calles o las miradas lascivas esa no llega muchas veces ni a reporte.
Los homicidios en razón de odio, por el simple hecho de ser mujer, los feminicidios sumaron hasta octubre 809 en el país, el 50 por ciento ocurrieron utilizando otro elemento, que suele ser el que más sufrimiento causa a la víctima antes de morir. En el otro 50 por ciento se utilizó o arma de fuego o arma blanca.
La violencia contra las mujeres, desafortunadamente, es un infierno para muchas, de todos los días, los reportes, 140 mil llamadas en México al número de emergencias 911, son clara muestra de ello, lo lamentable es que solo mil 700, alrededor de una de cada 100 llegaron a denuncia. Más de 19 mil mujeres fueron víctima de abuso sexual más de 3 mil de acoso, más de mil de hostigamiento.
Después de la violencia familiar, según las autoridades, es la violencia en pareja la que más afecta a las mujeres, la persona que se supone debería ser su protector se convierte en su victimario, infringiendo en ella no solo maltrato físico sino también sicológico.
Desafortunadamente poco hemos hecho para hacer conciencia sobre el trato hacia las mujeres, erradicar la violencia en contra de ellas debe ser una alta prioridad, basándonos en la importancia que tienen como seres humanos que son más que por razones de género. El hombre que violenta a una mujer simple y sencillamente no merece ser llamado tal, pues carece de raciocino elemental.
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