Veo importante visibilizar las problemáticas que enfrentan las mujeres en pleno siglo XXI muchas de ellas arrastradas por siglos, y originadas por la cultura machista y patriarcal que prevalece en la gran mayoría de las culturas del orbe y que quedan manifiestas cada 8 de marzo.
Me parece poco razonable conservar esas actitudes insertas en la educación masculina donde se acentúa en la educación de padres a hijos que la mujer es diferente al hombre, que el hombre es el que tiene la obligación de proveer, que no puede llorar, que si lo hace es una “niña”, que las mujeres están para servir a los hombres y no viceversa, que solo crían hijos y deben ser entregadas al hogar y la familia, lo que conlleva a las eternas injusticias a la que se someten a las mujeres, independientemente del lastre que además significa el maltrato y la violencia de todo tipo a la que son sometidas históricamente.
La cultura, la educación familiar, laica y religiosa, han contribuido en gran medida a profundizar estas diferencias que nos hacen marcar una brecha entre hombres y mujeres, una brecha injusta donde se ha cedido a las mujeres (por ley y no por educación o por cultura) espacios dignos en las actividades sociales como el trabajo, los negocios y la familia. Si hay marchas en demanda de atención es porque no hemos podido dejar atrás esos estigmas impuestos a las mujeres, que mantienen una lucha permanente por ser tratadas con equidad.
No hablemos de minorías, desgraciadamente sucede lo mismo, el maltrato y los juicios a priori, así como la consideración de que estos grupos no tienen los mismos derechos que “las mayorías” son retos que tenemos que superar como sociedad, no es posible que el ser humano, trate a otro ser humano con desprecio por su género, color de piel, credo, o preferencia sexual, debemos dejar de ver como raro o extraño aquello con lo que no comulguemos, pues toda persona merece el derecho de ser tratado con dignidad y de gozar las mismas libertades que cualquier otro.
Y siempre defenderé este razonamiento: EL DÍA QUE DEJEMOS DE HABLAR DE GÉNEROS Y EMPECEMOS A HABLAR DE INDIVIDUOS, ESE DÍA HABLAREMOS DE EQUIDAD.
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