Ayer circuló el Mapa Criminal de México, elaborado por Lantia Intelligence, en el que se hace un interesante análisis de la evolución de los grupos delictivos en México desde las primeras bandas dedicadas al crimen organizado a finales de la década de los setentas hasta nuestros días. Un apunte que me parece importante que hacen en el estudio es la carencia de un análisis oficial público, como lo tienen otros países del mundo respecto al comportamiento del crimen organizado en nuestro país, pues la información con que se cuenta no son de fuentes oficiales de primera mano sino que se basan en reportes históricos realizados desde fuentes periodísticas hasta testimonios locales al que se agregan las redes sociales donde ha cobrado importancia la actividad de estos grupos delincuenciales. No hay manera de tener acceso a esa información pues en la mayoría de los casos se encuentra reservada por las autoridades y resulta complejo para un ciudadano común que pretenda hacer un análisis de la situación tener acercamiento a datos confiables derivados de investigaciones oficiales.
En el ejercicio realizado por Lantia, se puede apreciar justo un mapa que ayuda a comprender por qué la guerra encarnizada en México entre grupos delictivos, al tener presencia al menos hasta el 2020 de un total de 20 grupos delictivos siendo el Cártel Jalisco Nueva Generación el que tiene mayor presencia y fuerzas distribuidas en el territorio nacional y en segundo lugar desplazado por este primero el Cártel de Sinaloa. Si a esto le suma que en 16 entidades federativas se encuentran repartidos al menos 29 grupos delictivos locales, entenderemos que la batalla que tienen frente a sí las autoridades para frenar la violencia es de grandes proporciones. Si partimos que además hay poca transparencia en cuanto a la información respecto al comportamiento de los grupos delictivos estamos en un verdadero problema. La baja incidencia de crímenes violentos en algunos estados no se deriva de la inexistencia de grupos delictivos sino más bien el predominio de uno de los existentes y la poca rentabilidad que representa para el crimen organizado el mercado de actividades ilícitas en el lugar, un claro ejemplo es Yucatán donde Lantia identifica la presencia del CJNG, el CDS y al menos un grupo delictivo local.
Miguel Ángel Puértolas
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