Este domingo 18 de febrero es la fecha de la convocatoria en “defensa de la democracia”.
Ha sido convocada por 207 organizaciones, a decir de quienes han hablado con diversos medios de comunicación y expresado motivos y razones en redes sociales. Ante las diversas expresiones para motivar la participación ciudadana cabe la pregunta: ¿La democracia mexicana necesita defenderse hoy?
Desde luego, cualquier observador neutral de los actos de los poderes federales sobre los temas constitucionales en discusión y la franca violación de la ley electoral mediante actos anticipados de campaña en los meses recientes, actos tolerados por las autoridades electorales, cabe la pregunta: ¿el grupo político en el poder se atreverá a manipular el voto convocado para el próximo 2 de junio?
El voto libre y secreto ha sido siempre un “dolor de cabeza” para partidos políticos y candidatos a puestos de elección popular. Es cierto que es inatacable el cuidadoso proceso de emisión, conteo y certificación de los votos diseñado en la ley electoral mexicana, y por eso las fuerzas políticas se dirigen a conseguir la simpatía y aún la adhesión oficial de los ciudadanos a las diferentes formaciones políticas. En muchas ocasiones se ha comprobado que las motivaciones utilizadas por quienes tratan de convencer a los ciudadanos de su adhesión a alguno de los distintos partidos no son del todo respetuosas de los extremos señalados en la ley. Así, impugnaciones “vienen y van”, sin embargo, en pocas veces han merecido pena alguna. Y cuando han sucedido las penas están no han implicado la cancelación de alguna cantidad considerable de votos, aunque sí multas, incluso millonarias.
De ahí la fuerza de la marcha por la democracia cuando se manifiesta para exigir al presidente y otros miembros del gobierno no “metan las manos” en la elección y respeten la libertad de elección. Lo válido del reclamo no quita la dificultad de cumplirlo, pues quienes están en el poder pueden motivar el voto por el partido dominante, precisamente con actos de gobierno inatacables legalmente.
Importante ver estos hechos como una democracia en movimiento la cual puede modificar las prácticas abusivas de partidos políticos y candidatos. Se trata de fortalecer al ciudadano votante para mantener y crecer las libertades en el país. Son los ciudadanos quienes definen cuál democracia quieren.