Se han iniciado las sesiones de parlamento abierto sobre la reforma eléctrica propuesta por el gobierno del presidente López Obrador. Se trata de oír todas las voces relacionadas con el sector eléctrico, sus propuestas, el análisis de las propuestas del gobierno y los posibles efectos de estas. La finalidad de este tipo de foros es precisar que se pierde y se gana con la reforma. Así los legisladores sabrán qué se juega en la reforma.
Del primer foro quedan claros argumentos a favor y otros en contra de la reforma. En contra se aduce la idea de regresar al modelo de los años sesenta del siglo pasado, cuyas características están obsoletas de cara a las formas actuales y futuras de producir energía eléctrica. Por ejemplo, se propone continuar y acrecentar el porcentaje de generación mediante combustibles fósiles especialmente contaminantes, lo cual es una regresión frente al desafío de generar energía limpia.
A favor de la reforma eléctrica se argumentó que la legislación vigente, votada en 2013, no ha representado beneficios para los mexicanos, para la CFE y los trabajadores, pues los productores privados acaparan la generación de energía del país y, de seguir así, en 2030 la CFE solo participaría con 16% de la generación. La reforma va a detener la privatización del sector eléctrico y evitar así la desaparición de la CFE, que se convertirá en un monopolio estatal.
Un tema controvertido, mencionado a favor de la reforma fue que la CFE dejaría de perder dinero pues hoy “subsidia” a privados por un monto de 215 mil millones de pesos que deja de despachar en energía y otros 222 mil millones por la compra de electricidad a particulares. El apunte es controvertido pues la CFE compra energía, y la vende a los usuarios quienes la pagan a los precios oficiales. Otra dificultad: la reforma eléctrica regulará al sector y evitará, se dice, la concentración económica del mercado eléctrico en pocos grupos o empresas. Sin embargo, la CFE sería un solo productor eléctrico mayoritario y ¿los particulares con paneles solares en su casa?
Además, un argumento un tanto emocional. Se aseguró que la reforma garantiza la confiabilidad y seguridad del Sistema Eléctrico Nacional, a lo cual se debe preguntar ¿hoy no está asegurada? Ante esta primera vuelta parece que la reforma, por su tufo estatista sufrirá cambios importantes o no se aprobará. Veremos.