Muchos dicen que los Juegos Olímpicos de Tokio perderán color sin el público. Y sí, los aficionados son parte importante de la fiesta que rodea a esta justa, pero la esencia son los deportistas, la competencia, las ganas de subir al podio y de transformar en metal el esfuerzo de, en esta ocasión, más de cuatro años. Tokio ha recibido a decenas de periodistas, atletas, entrenadores, personal de las delegaciones, bajo un estricto control sanitario. Para entrar al país se requieren más de seis horas mientras te revisan documentación y verifican que no estés contagiado por covid-19 con pruebas previas y en el momento. No es nada sencillo, porque hay que hacer una cuarentena, no se puede salir del hotel y la pandemia te impide el acercamiento con un país atemorizado por la pandemia.
Hay temor por el covid. Ya se dieron los primeros casos en la Villa Olímpica, y eso despierta inquietud, pero bien lo dijo Stefanía Aradillas, jugadora de la Selección de Softbol femenil de México, el espíritu olímpico está presente en Tokio, porque para los atletas no hay más que cristalizar el sueño. Incluso, por la Delegación Mexicana, participarán 164 atletas, de los cuales 129 vivirán sus primeros Olímpicos, así que, por más que las tribunas estén vacías, ellos buscarán mostrarse al mundo de la mejor manera. Y qué decir de otro, como Rommel Pacheco que dirá adiós a su trayectoria en Tokio, por supuesto que le hubiera gustado otra circunstancia para ello, alejada de la pandemia, pero aun así lo disfrutará. Así que, por más que la pandemia dificulte muchos aspectos que parecían sencillos en otras ediciones, no hay que perder de vista que la esencia de los Juegos ahí está. 0
Minelli Atayde