Nuestra lista de daños

Puebla /

Uno de los síntomas más comunes en los adictos y en general en los seres humanos, además de la negación, es el de pretender ponerse siempre en el papel de víctima y el de no reconocer que en sus comportamientos cotidianos se puede ser responsable de dañar a otros, porque es más fácil quedarse con lo que a ellos pudiese afectarles.

Quizás esa sea una de las razones principales por las que cuesta tanto trabajo realizar el octavo paso de los alcohólicos anónimos que dice que “hicimos una lista de todas aquellas personas a quienes habíamos ofendido y estuvimos dispuestos a reparar el daño que les causamos”.

Dejar de ver la paja en el ojo ajeno y ver la viga en el propio, reconocer nuestros errores dejando de señalar los de los demás y, tener empatía o como se dice coloquialmente, ponerse en los zapatos del otro, es algo que pudiera ir en contra de la condición humana en su fase egocéntrica.

Muchos terapeutas suelen (solemos) escuchar a los pacientes con atención y de pronto cerrar su participación con una pregunta que puede dejarlos contrariados: ¿y de todo eso, de qué se hace usted responsable?

“Responsable ¿yo?”, es normalmente su respuesta cuando nos cuentan que en realidad pidieron la consulta para expresar su dolor de lo que los demás, la vida o incluso Dios, les han causado.

Es que es muy complicado cuando se está en posición de víctima, reconocer sus fallas, tomar las riendas de su vida y pensar que también han causado daños a otros.

Así que hacer una lista de todas las personas a las que se haya ofendido en el pasado y estar dispuesto a reparar el daño a quien aún sea posible, parece una tarea titánica que en realidad es un ejercicio de pura humildad y reducción del ego, como se dice en el argot de los AA.

Si se conociera la paz y la reconciliación consigo mismos que esa difícil tarea supone, dejaríamos de ocuparnos por lo que los otros nos hacen y comenzaríamos a practicar el perdón en su expresión más noble.

En este octavo mes del año le invito a reflexionar sobre este paso ocho y a tratar de aplicarlo en nuestras vidas.


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