Podría sonar como un estribillo o lugar común en estos días en que inicia el último mes del año, desearnos entre unos y otros que tengamos felices fiestas, un diciembre con saldo blanco, así como amor y paz para todos.
Me parece que, hablando de estos valores universales, nunca será repetitivo hacerlo, máxime en una sociedad donde parece que sólo lo malo es noticia y el amarillismo es lo que vende y lo que se consume.
Imaginemos, al son de la clásica de John Lennon, que por decreto universal todos los medios de comunicación aboliéramos de nuestros espacios las noticias negativas, que las páginas fueran blancas, propositivas y motivantes.
Que el amor y la paz sean los sustantivos más utilizados en las redacciones y que reflejemos todo lo bueno que nuestras vidas tienen, dejando de ver lo que nos falta o lo que está mal.
Parece muy sencillo, pero no lo es. Como prueba, trate un solo día de dejar de quejarse, de lo más pequeño o absurdo, hasta lo que pudiera parecerle más terrible. Paralelamente, agradezca cada detalle de su vida y observe con buenos ojos todo lo qué pasa a su alrededor.
Si logra hacerlo un día, lo felicito y lo reto a que así siga sucesivamente todo el mes, para verdaderamente pasar una temporada blanca en las próximas fechas navideñas.
Cada situación por difícil o dolorosa que le parezca, agradézcala y confíe en que todo estará bien y que Dios tiene el control de todo.
No se trata de negar la realidad, sino de cambiar el enfoque de su energía.
Dejemos de quejarnos de la política, la inseguridad, la economía, del clima y hasta de los mínimos detalles cotidianos.
En cambio, demos gracias de que tenemos vida, sea en la condición que sea, de que tenemos frente a nosotros 24 horas, siete días y cuatro semanas más por delante en este año para desintoxicarnos de todo lo negativo que circula en la aldea global, para tratar de tener una mentalidad al menos más neutral.
Algunos me dirán, Omar eso es un disparate, es imposible y absurdo. ¡Quizás lo sea! Finalmente es lo que todos deseamos cuando nos decimos feliz Navidad, en espera del nacimiento del niño Jesús para los que creemos en Él y que además es justo lo que vino a proponer en un reino de amor y paz.
¡Tengan todos un feliz diciembre!