Nadie dijo que fuera fácil ser princesa (parte uno)

Monterrey /

Debo advertir un par de cosas: el contenido de las próximas tres entregas es muy crudo; recurriré a información textual, porque cualquier síntesis se quedará corta.

Mi interés en el tema de los trastornos alimenticios se asocia a la proximidad. No entraré en detalles; basta decir que se coló en mi entorno, sin haberme percatado de su mortífera presencia.

Si bien es cierto son multicausales, engancharse en ellos es más fácil de lo que parece. Da igual si se tienen 11 o 30 años, si se es hombre o mujer, pobre o rico. Cualquiera que se deje llevar por el ideal de complexión física promovida por la mercadotecnia, las series y películas, las recomendaciones de ciertos influencers o siga el ritmo de la moda impuesta por las cadenas internacionales, está en riesgo.

De los muchos recursos de libre acceso que hay, recuperaré algunos fragmentos de un par de blogs para que usted pueda dimensionar el tamaño del problema.

El blog Inzentivando Princesas Perfectas da una serie de recomendaciones para que éstas puedan mantener su “estilo de vida”, “no se sientan a la deriva” y las muchas Ana y Mía–en referencia a quienes son anoréxicas y bulímicas– logren “ser unas princesas perfectas”.

La supuesta filosofía arranca sin rodeos: “¿Por qué ser Ana? Porque deseas ser feliz en este mundo de mierda. Las delgadas son sexys y consiguen casi todo en esta vida. Sencillamente te ves linda a los ojos del mundo. Si eres gorda no puedes hacer casi nada y las personas se voltean para reírse de ti. Siendo delgada, si se voltean [para verte] es para decirte lo linda que estás y lo sexy que eres. Porque en tu caso es lo que te hace feliz. Es por lo que estás luchando. Porque es muy sano hacer ejercicio y mantenerse en forma. Porque tú sabes que lo que quieres, lo puedes hacer. Porque si no lo haces tú, nadie lo hará por ti. Porque te pones unas metas en tu vida y quieres cumplirlas. Porque tienes éxito. Porque si tú te encuentras a gusto contigo misma, te van a querer más, porque eres consciente de lo que puedes alcanzar, porque quieres ser mejor”.

El autor anónimo de esta filosofía de vida luego la resume en aforismos, decálogos y pautas de actuación de las que le hablaré en la próxima entrega.

  • Pablo Ayala Enríquez
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