Charlotte Dujardin en un mundo que ha cambiado

Ciudad de México /

Algunos alumnos se miraban entre ellos juntando las cejas en un franco gesto interrogatorio: ¿está hablando en serio? Y es que hace no muchos años, hablar del valor de la vida animal requería más paciencia de la esperada. Hoy es diferente, cuando lo hago nadie hace ese gesto y más bien capto un profundo interés, el mundo ha cambiado. Antes nadie acababa en la cárcel por maltratar o matar un perro o a un gato, los dos animales que han acompañado al ser humano por milenios. Hoy es diferente: existen ciertos personajes purgando una merecida condena por asesinato o por maltrato.

Recientemente la tres veces campeona olímpica en “doma”, Charlotte Dujardin, fue descalificada de los Juegos Olímpicos de París a raíz de un video en que se le ve azotando a un caballo para domarlo. Esta mujer cuenta con muchas, muchísimas medallas en diferentes competencias, que van desde juegos ecuestres mundiales hasta campeonatos europeos.

Una pensaría que quien dedica su vida a los caballos es porque los ama y nunca los maltrataría, pero esa asunción resulta naíf. Muchas actividades que implican la doma de animales esconden una triste historia en su adiestramiento. Las carreras de galgos, la charrería, los animales antaño explotados en los circos, los de espectáculos acuáticos, en fin: la doma animal per se es un acto de crueldad porque amar a un animal no requiere adiestramiento sino, en dado caso, una respetuosa educación que lo deje ser lo que es. Si no estamos dispuestos a eso, mantengámonos alejados de los animales.

Lamentablemente la doma de animales se reconoce como un deporte digno de ser premiado. Ya que esto es así, los métodos empleados deberían de estar claramente estipulados y los entrenamientos ser siempre grabados como una prueba del respeto con el que es tratado el animal para evitar precisamente el maltrato.

A una persona se le conoce por la manera en que trata a los desprotegidos ante ella. Las cosas han cambiado, sí, pero en el mundo aún abundan las Charlotte Dujardin. Sería deseable que el castigo recibido por esta mujer fungiera como una advertencia para muchas personas dedicadas a este tipo de “deportes”. ¿Pero cómo pedirlo cuando en nuestro propio país se acepta ya no digamos dar latigazos, sino torturar abiertamente a un mamífero hasta su muerte, como lo hacen en la tauromaquia?

Nada peor que un torturador asesino, ¿hasta cuándo lo vamos a tolerar?


  • Paulina Rivero Weber
  • paulinagrw@yahoo.com
  • Es licenciada, maestra y doctora en Filosofía por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Sus líneas de investigación se centran en temas de Ética y Bioética, en particular en los pensamientos de los griegos antiguos, así como de Spinoza, Nietzsche, Heidegger.
Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.