El símbolo, el diábolo y el dinosaurio

Ciudad de México /

En la antigua Grecia, los conceptos “símbolo” y “diábolo” eran opuestos: símbolo, aludía aquello que permitía la unión, mientras diábolo era aquello que desunía. Después, los conceptos fueron reinterpretados y resignificados por el cristianismo y perdieron su sentido original. Lo que hace a estos dos conceptos especiales es que designan las dos actitudes más disímbolas y a la vez, ambas posibles para el ser humano: la capacidad de unirse de manera solidaria con los demás y la capacidad de desunir, fragmentar, separar y violentar a unos contra otros: las dos posibilidades humanas.

Ayer despertamos con la noticia de un alto al fuego en Gaza para permitir la entrada de la enorme fila de trailers con ayuda humanitaria, y así evitar que la población continúe muriendo de hambre en medio de esa terrible guerra. Mientras unos matan, otros luchan por literalmente juntar las partes de los sobrevivientes y darles vida, como lo hacen los Médicos sin Fronteras y tantas otras organizaciones que se encuentran ahora activas en Gaza.

Por eso decía Heidegger, que somos deinónatos: el dinosaurio más terrible, o más bien debería decir que somos el Dinohumano más terrible. Tenemos la posibilidad de acoger la vida de un perro callejero y darle cobijo o de matar a palos a nuestra propia mascota. Tenemos la posibilidad de ayudar al que padece hambre o pasar de largo e ignorarlo. Tenemos la posibilidad de unirnos con el dolor ajeno y tratar de aliviarlo, o provocar el dolor ajeno: por eso somos terribles o más bien, deinótatos: el más terrible de todos.

Ha habido quienes han creído factible la llegada de una edad de la empatía, la cual los seres humanos seamos capaces de empatizar con el resto de los seres vivos. No maltratar la vida, sino resguardarla, cobijarla con solidaridad. En el mundo en que vivimos esa edad de la empatía, no parece ser nada más que una utopía. Pero pues ya lo sabemos: las utopías, por lejanas e inalcanzables que puedan ser, son faros que nos indican hacia dónde podemos y debemos caminar.

La esperanza está en la empatía, la unión, el símbolo.


  • Paulina Rivero Weber
  • paulinagrw@yahoo.com
  • Es licenciada, maestra y doctora en Filosofía por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Sus líneas de investigación se centran en temas de Ética y Bioética, en particular en los pensamientos de los griegos antiguos, así como de Spinoza, Nietzsche, Heidegger.
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