Amistad civil

Estado de México /

Habíamos señalado que la realización o perfección del ser humano implica no solamente el aspecto individual sino también el social, ya que esta es una dimensión esencial del ser humano. De ahí que el bien común, aunque pueda variar en sus determinaciones concretas según los tiempos y los lugares, es también un fin al que cada persona debe contribuir y del cual debe participar también como beneficiario.

Para alcanzar el bien común decíamos que se necesita reconocer la dignidad de las personas, vivir la solidaridad y comprender el sentido de los bienes que se necesitan para vivir y desarrollarse. Se debe promover la familia y la educación, procurar el acceso al trabajo digno y buscar que la economía permita en un marco jurídico acceder a los diversos bienes.

Un punto crucial para el bien común lo constituye la comunidad política, que halla su fundamento en la persona humana, es decir, que ella deriva de la naturaleza de las personas cuya conciencia descubre y desarrolla un orden de convivencia. Existe una relación íntima de la comunidad política con el pueblo, en cuanto que debe ser expresión organizada de éste. Ahora bien, un pueblo se forma porque quienes lo componen comparten vida y valores fundamentales, por lo que la sociedad humana es ante todo de carácter moral y espiritual.

La comunidad política ha de buscar la creación de un ambiente humano que permita el disfrute y ejercicio de los derechos humanos, así como el cumplimiento de los deberes, lo cual significa que los poderes públicos cumplan su función en los campos político, económico y cultural dentro del justo marco jurídico y ético, que indica acciones e impone límites.

Hacer un elenco de derechos y deberes no es suficiente, sin embargo, para una buena convivencia civil y política. Para ello se requiere de fondo lo que se denomina "amistad civil", que indica que en los miembros de la sociedad se puede encontrar también una disposición hacia el bien de los demás.

Los cristianos, por nuestra parte, debemos ser concientes de que el precepto de la caridad aporta el sentido más profundo de la convivencia política y que "la visión cristiana de la sociedad política otorga la máxima importancia al valor de la comunidad, ya sea como modelo organizativo de la convivencia, ya sea como estilo de vida cotidiana", como dice el Compendio de la DSI. Así, la vía de la amistad civil llevada a nuestra realidad social en general, sería una contribución válida al bien común que tenemos que construir.


  • Pedro Miguel Funes Díaz
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