Aspectos del bien común

Estado de México /

El ser humano naturalmente busca la perfección que significará también su felicidad, pero siendo social por naturaleza, es decir, que así está constituido en su propio ser, la perfección y felicidad que busca implica el aspecto social.

Un individuo humano no puede llegar a la propia plenitud si no es en la sociedad en que se desarrolla, lo cual nos lleva a la necesidad de perfección de la sociedad y, ya que a lo que perfecciona lo llamamos bueno, a que el bien personal requiere no solo del bien del individuo, sino también del bien de la sociedad. A este último lo denominamos bien común, y consiste en las condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia perfección.

Las condiciones para el desarrollo de las personas y de las entidades sociales que ellas forman pueden variar en el tiempo y los lugares. En efecto, el bien común en los tiempos actuales no coincide del todo con el que las sociedades buscaban hace veinte siglos, por ejemplo. Sin embargo, los hombres, sus culturas y las sociedades a las que da lugar poseen ciertos rasgos comunes que derivan de lo que somos como seres racionales, que formamos un especial conjunto entre los seres vivos.

Algunos rasgos del bien común pueden establecerse a nivel ético y moral, sin que ello obste a una variada posibilidad de realización concreta. Así, puede decirse que el bien común comprende en primer lugar el reconocimiento de la dignidad de las personas, de la solidaridad que debe animar sus relaciones y del sentido de los bienes que se necesitan.

El bien común también comprende el desarrollo de la familia, compuesta esencialmente de padre, madre e hijos y que es la célula básica de la sociedad. Con ésta se relaciona la dimensión educativa, de la cual los padres son los primeros responsables pero donde necesitan el auxilio de otras instancias sociales, como las escuelas.

El bien común comprende además que los miembros de la sociedad tengan acceso a un trabajo digno que les permita satisfacer las necesidades no nada más personales, sino de las familias, y puedan gozar del debido descanso para la convivencia y para el desarrollo y bienestar religioso y cultural.

En el campo económico pueden existir propuestas diversas, como de hecho se dan, pero para el bien común es importante que se dé una justa libertad en marco jurídico que permita a todos el acceso a los bienes.


  • Pedro Miguel Funes Díaz
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