Documentos sociales (2)

Ciudad de México /

En los años sesentas el papa Juan XXIII se preocupó de actualizar las respuestas a los problemas sociales que habían abordado los documentos de sus predecesores. Eran los tiempos de la guerra fría. Había notado que se necesitaba ampliar la reflexión sobre la cuestión social y escribió, en 1961, la encíclica “Mater et magistra” que se centra en los temas de la socialización y de la comunidad.

Él pensaba que era necesaria la cooperación de las naciones en la economía mundial para mejorar las condiciones de los hombres y, sobre todo, promover la dignidad de los mismos. Este pontífice también escribió la “Pacem in terris” en 1963, donde trata el tema de la paz entre todos los pueblos, que debe fundarse en la verdad, la justicia, el amor y la libertad. En ella se detiene, entre otros temas, en el de los poderes públicos de la comunidad internacional, que deben atender los problemas del bien común universal. Es notable que esta encíclica no se dirige solamente a los católicos, o a los cristianos, sino a todos los hombres de buena voluntad.

De 1962 a 1965 se llevaron a cabo las sesiones del Concilio Vaticano II, en las que se reunían obispos de todo el mundo, con el fin de que la Iglesia pudiera responder mejor a los problemas del mundo moderno. Entre los documentos de este concilio, destaca la constitución “Gaudium et spes”, publicada en 1965, en la que se destacaba la importancia de los cristianos laicos para dar testimonio de Dios en el mundo y el papel de la Iglesia, que debe caminar con toda la humanidad, se recordaba que la sociedad y sus estructuras han de buscar servir a la persona. Se prestaba mucha atención a los cambios sociales desde la perspectiva pastoral. Otro documento importante del concilio fue la declaración “Dignitatis humanae”, también de 1965, donde se proclama el derecho a la libertad religiosa.

Del papa Pablo VI destaca su encíclica “Populorum progresio”, de 1967, donde toca el tema del desarrollo, proponiendo precisamente que el desarrollo no es una cuestión solamente económica, sino que se debe procurar un desarrollo integral, es decir, que considere todos los aspectos de la persona humana.

También escribió, en 1971, una carta apostólica llamada “Octogesima adveniens”, para celebrar los ochenta años de la publicación de la “Rerum novarum”, de León XIII. En esta habla de cómo las ideologías son insuficientes para responder de fondo a los problemas de las sociedad post-industrial. La próxima vez veremos lo que escribió Juan Pablo II.


  • Pedro Miguel Funes Díaz
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