Sobre diversos temas sociales es posible hallar textos de interés ya en las antiguas literaturas. En particular para el campo cristiano se pueden encontrar precedentes importantes en el Antiguo Testamento y desarrollos propios en el Nuevo Testamento. Así, temas como la justicia, la limosna, el uso de las riquezas, la oración por los gobernantes, la preocupación por los pobres y muchos otros. El tiempo de los llamados Padres de la Iglesia conoce también el desarrollo de esos temas, que seguirán presentes de diversos modos a través de la Edad Media, el Renacimiento, la época moderna y llegan hasta nuestros días.
Sin embargo, a partir del siglo XIX se les dio un interés especial a los temas sociales partiendo de lo que se conocía como la “cuestión social”, que se refería a la situación de los obreros en las fábricas y a los derechos que poseían y debían ser respetados. Al hacerse necesario ofrecer luces sobre las grandes transformaciones que llevó consigo la Revolución Industrial se comenzó una nueva etapa en la reflexión cristiana con la que se fue formando un “corpus” (cuerpo) doctrinal que ahora se conoce como doctrina social de la Iglesia. Desde aquellos tiempos pueden señalarse muchos documentos que han contribuido a este conjunto de enseñanzas, principalmente de los pontífices romanos. Menciono en seguida solo algunas de las más destacadas a lo largo de los años.
En 1891 el papa León XIII escribió la encíclica “Rerum novarum” sobre la situación de los obreros que hemos mencionado, donde habla, por ejemplo, del derecho a formar sindicatos por parte de los trabajadores, así como del derecho a la propiedad privada. Cuarenta años después el papa Pío XI publicó en 1931 la “Quadragesimo anno” que advierte del problema de la falta de respeto a la libertad de asociación y toca el tema del salario en relación a las necesidades de la familia. El mismo Pío XI tuvo que reprobar en su tiempo el fascismo, el comunismo y el nazismo con las encíclicas “Non abbiamo bisogno” de 1931, “Divini Redemptoris” de 1937 y “Mit brenender sorge” de 1937, respectivamente.
El papa Juan XXIII en 1961 publicó la “Mater et magistra” destacando los temas de comunidad, socialización y cooperación para promover la dignidad humana y no solamente el crecimiento económico. También escribió la “Pacem in terris”, sobre el tema de la paz, y se dirige no solamente a los cristianos, sino a todos los hombres de buena voluntad. Con estas menciones llegamos al Concilio Vaticano II, pero dejaremos la mención de los importantes documentos del mismo y de los siguientes papas para la próxima ocasión.